Tanta Europa
Tanta Europa
Iratxe García Presidenta del Grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo
OPINIÓN

Transformar España, transformar Europa; el momento y la oportunidad

  • Nuestro país recibirá 140.000 millones de euros entre 2021 y 2026, de los cuales, 72.000 serán transferencias directas.
Pleno del Parlamento Europeo
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EUROPA PRESS - Archivo
Pleno del Parlamento Europeo

Uno de mis recuerdos de infancia son los carteles con la bandera azul de estrellas doradas con el lema "Tú eres Europa", repartidos por los pueblos de Castilla y León. Aquella España de finales de los 80 vivía en plena transformación, con la visión modernizadora del Gobierno socialista y el impulso de los fondos que llegaban de Europa a todos los rincones del país, mejorando nuestras comunicaciones e infraestructuras. No podía imaginar entonces que el proyecto europeo sería parte fundamental de mi vida adulta, ni por supuesto, que fuera a jugar un papel tan crucial en una segunda transformación de mi país, la que emprendemos ahora tras la pandemia de la Covid-19.

Se acaba de cumplir un año desde que comenzamos a ver con incredulidad las consecuencias de un virus hasta entonces desconocido. Casi de la noche a la mañana, nos encontramos ante la situación insólita de tener que encerrarnos en nuestras casas, afrontar la enfermedad o la muerte de familiares y amigos, y ver cómo nuestro sistema productivo se venía abajo. Estábamos ante la situación más complicada para Europa desde la II Guerra Mundial y, además, todavía con el lastre de una crisis reciente, la de 2008, que había descapitalizado nuestros servicios públicos con unas políticas de austeridad que trajeron desempleo, pobreza y graves dificultades para millones de familias. Aquel era sin duda un camino equivocado, como denunciamos una y otra vez los y las socialistas. Las grandes cifras no pueden estar por encima de las personas porque, precisamente, el objetivo de la política no es otro que el de mejorar sus condiciones de vida. Pero es que, además, el austericidio tampoco ha funcionado desde el punto de vista económico. Y por eso, ahora, ante esta nueva crisis, la respuesta tenía que ser no solo diferente, sino radicalmente opuesta.

Desde el primer momento, los y las socialdemócratas en el Parlamento Europeo comenzamos a hablar de un fondo de recuperación ambicioso, con un tamaño suficiente, excepcional, capaz de hacer frente a una crisis de una magnitud insospechada. Un fondo que debería financiarse con deuda genuinamente europea, mutualizada y solidaria, respaldada por la Unión. Nos llamaron ingenuos, pero nos mantuvimos firmes con una convicción: Europa se construye con voluntad y valentía, y solo saldremos de esta crisis si lo hacemos juntos y unidos.

Al mismo tiempo, el presidente Pedro Sánchez impulsó la idea de un Plan Marshall para Europa. Y así lo defendió visitando a cada uno de los socios clave en los Gobiernos europeos, trasladando la visión socialdemócrata a la Comisión y trabajando codo con codo con el Parlamento Europeo. La idea cristalizó en el histórico Consejo del mes de julio, cuando los Gobiernos de la UE dieron el impulso definitivo al NextGenerationEU, un fondo de 750.000 millones de euros, financiado, por primera vez, con deuda europea. Un hito en nuestra historia.

Si la visión política consiste en transformar problemas en oportunidades, este fondo es el mejor ejemplo, porque hace de la respuesta a esta crisis sin precedentes la ocasión de abordar la modernización que España necesita.

En primer lugar, porque tenemos los recursos para hacerlo. Nuestro país recibirá 140.000 millones de euros entre 2021 y 2026, de los cuales, 72.000 serán transferencias directas, como los fondos estructurales que transformaron nuestro país, y que, por comparar periodos similares, "tan solo" supusieron 8.000 millones de euros en seis años. Por tanto, la magnitud es inmensa. Además, nuestro Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia prevé movilizar durante los tres primeros años casi 70.000 millones de euros en inversiones públicas, para que el impacto sobre el crecimiento y el empleo sean inmediatos. Estas inversiones se destinarán, entre otras áreas, a impulsar la movilidad sostenible que necesitamos para hacer más respirable el aire de nuestras las ciudades; a rehabilitar edificios, que provocan un tercio de las emisiones en la Unión Europea, para instalar en ellos paneles solares y mejorar su eficiencia para combatir también la pobreza energética; a modernizar las administraciones públicas, mejorar su eficacia y permitirles establecer una nueva relación con la ciudadanía; a digitalizar las pymes; al desarrollo de nuestro Sistema Nacional de Ciencia e innovación; a apoyar el sector turístico, tan castigado por la pandemia. Por tanto, lo que tenemos ante nosotros no es solo la oportunidad de modernizar el país, sino la de acometer una transformación profunda, que nos ayude a llevar a cabo las reformas pendientes y a preparar nuestro sistema social y productivo para un mundo en constante cambio, que plantea nuevos retos.

Y esta es la segunda cuestión. El proyecto socialista tiene en sus prioridades esta agenda modernizadora y progresista. Las prioridades que Europa ha fijado para la recuperación encuentran un engranaje perfecto en los grandes ejes que el presidente Pedro Sánchez ha defendido desde su investidura: una transición verde que nos permita producir de otra manera y emprender una transformación radical para frenar el cambio climático; una digitalización que facilite la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas y las haga más competitivas, y cualifique a los jóvenes y a los menos jóvenes, para que nadie se quede atrás. El tercer eje es la cohesión social y territorial que haga frente al reto demográfico, uno de los principales objetivos de este proyecto; y el cuarto, la igualdad de género, para acabar de forma efectiva con cualquier brecha entre hombres y mujeres.

España está ante la mayor oportunidad transformadora desde su entrada en la Comunidad Europea hace casi cuatro décadas. Se trata de una tarea común, que apela a todas y a todos, a los ayuntamientos, las empresas, las universidades y toda la ciudadanía. Es el momento de volcar en este empeño nuestro esfuerzo e imaginación, nuestros proyectos e ideas, nuestra creatividad y nuestro empuje. España tiene un enorme potencial y ahora disponemos de la mayor oportunidad en la historia reciente para convertir muchos de nuestros sueños en realidades. Tenemos ante nosotros un desafío excepcional, en primer lugar, para superar esta crisis que tanto nos ha golpeado. Pero, sobre todo, asumimos un compromiso con las generaciones futuras, con quienes ahora viven su infancia y juventud, europeos y europeas que necesitan un mundo más verde, digital y justo, y confían en Europa, como nosotros hicimos en los años 80 cuando España se transformó en un país nuevo. 

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