En el mundo del fútbol, desde siempre, se eleva a los altares a los goleadores y en muy pocas ocasiones a los porteros, aunque sean quienes ganen un partido. En este derby madrileño el reparto de puntos no sólo hay que atribuírselo a Cristiano Ronaldo o a Griezmann. Keylor Navas y Oblak estuvieron inmensos, sencillamente geniales. Ambos evitaron que Real Madrid o Atlético perdieran (y ganaran) por goleada. El empate final no es culpa de los remates sino de sus paradas. Oblak evitó al menos cuatro goles clarísimos y Keylor, otros tres.

Al final, ni Real Madrid ni Atlético supieron batir a los héroes del derby. Entre todos y con los guantes de los porterazos, desenvolvieron y le quitaron el polvo a una alfombra roja que el Barça pisará más pronto que tarde, entre otros motivos porque sus perseguidores se empeñan en hacerles el pasillo.

Se esperaba a un Atlético más empeñado en ganar los tres puntos que en no perderlos. Simeone no debió de recordarles a los suyos que  aún estaban a tiempo de pelear la Liga al Barça. El Cholo lleva tiempo mandando el mensaje de que hay que esperar a las cinco últimas jornadas y en el Bernabéu, con la actitud del equipo, acortó los plazos del alirón azulgrana. Tampoco Zidane estuvo muy por la labor de derrotar al eterno y vecino rival. Bien al comienzo, pero en la segunda parte cambió a Cristiano Ronaldo por su querido Benzema, como diciendo a la grada: “Nosotros a por la Champions que es lo nuestro”.

No puedo negar que el derby estuvo entretenido y tuvo la incertidumbre del marcador, pero ustedes tampoco me negarán que entre los dos equipos y sus porteros hicieron más campeón de Liga al FC Barcelona ¿verdad?