Podía ser más fino a la hora de escribir, pero la ridícula debacle del FC Barcelona en la Champions League no se merece otro titular, y menos después de las múltiples llamadas que he recibido de algunos culés tras el 4-0, avergonzados de esa plantilla que lo iba a ganar todo y ahora veremos si levanta la Copa.

La histórica debacle del Barça en el mítico Anfield ante un diezmado Liverpool ha salvado la que era una catastrófica temporada del Real Madrid. Ni tan siquiera el ‘todopoderoso’ Leo Messi pudo hacer el milagro ante los suplentes ‘reds’. Ni él ni los demás ‘dioses’ azulgranas, que tras el 3-0 de la ida han vuelto a caer como el año pasado ante la Roma. ¡Qué vergüenza!

Ajax, Tottenham y Liverpool en las semifinales, y sin el Real Madrid. Así se las ponían a Felipe II para ganar cualquier partida y ni así el Barça ha podido. Los jugadores de Ernesto Valverde no han sido capaces de engrandecer su propia historia, salvo la negra: la de un equipo que sufre tremendas gastroenteritis cuando menos se espera. Son muchas derrotas vergonzosas en el pasado y en los tiempos modernos siguen sin llegar a ser ese gran equipo que se acerque al Real Madrid. Y eso duele aún mucho más.

Origi y, sobre todo, Wijnaldum han demostrado que el Barça de Valverde puede ganar otra vez LaLiga pero no ‘esa copita tan linda’ que en el museo del Real Madrid puede verse 13 veces. La tragicómica actuación azulgrana en Anfield es indefendible. Les ha eliminado un equipo plagado de bajas y les ha metido CUATRO. Sí, CUATRO goles, y tremendo el último ante la pasividad de un grupo de millonarios derrotados antes de saltar al césped.

Si lo del Real Madrid es grave -eliminado en la Champions y en la Copa, y entregando LaLiga en diciembre- lo del FC Barcelona es mucho peor, porque en mayo han armado en Anfield su propio belén, plagado de vergonzosos ‘caganers’ que en Catalunya suelen esconder detrás de los arbustos. En Liverpool han defecado en publico al son del ‘You’ll never walk (shit) alone’.