JOSÉ MOISÉS MARTÍN CARRETERO. ECONOMISTA
OPINIÓN

Cómo acabar con la economía de la banca

José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.

La semana pasada, el abogado general del tribunal de justicia de la Unión Europea señalaba, en sus conclusiones sobre el caso de las cláusulas suelo en los préstamos hipotecarios, que resolver retroactivamente dichas cláusulas supondría la desestabilización del sistema bancario español, señalando la conveniencia de anularlas sólo desde 2013, esto es, dejando buena parte de las operaciones consideradas como abusivas fuera del alcance de las posibles devoluciones a clientes. De nuevo han surgido voces que apuntan a la impunidad que parece rodear las actuaciones de las entidades financieras, en las que su posición dominante dentro del sistema económico hace que les sea otorgado un especial trato de favor.

En efecto, el sistema financiero es un elemento central del funcionamiento de las economías modernas, y, en países como España, donde el nivel de bancarización es muy elevado, esta responsabilidad de hace recaer sobre un puñado de entidades financieras. No hay transacciones económicas importantes que no pasen por sus cuentas de una u otra manera: compraventas, préstamos, depósitos de ahorro, inversiones... En cada una de estas operaciones nos encontramos con los bancos. Su posición en la economía es absolutamente dominante.

En el caso de España, esta posición de centralidad se ve además reforzada por el proceso de reestructuración experimentado durante los últimos años. Si en 2010 teníamos 45 cajas de ahorro operativas, hoy sólo quedan 2. España es hoy, de entre las grandes economías de la Unión Europea, el país con el sector bancario más concentrado. Esta situación es terreno abonado para prácticas abusivas que pueden dañar los intereses de los clientes, cuyas posibilidades de elección de entidad están francamente limitadas.

¿Deberemos resignarnos a ello? ¿No hay nada en el horizonte que reequilibre la balanza a favor del consumidor? Sí lo hay: las fintech.

Las fintech son aquellos negocios que utilizan la tecnología -móvil o de internet fijo- para ofrecer servicios financieros tales como compraventas, transferencias de dinero, canalización del ahorro entre particulares o pequeñas inversiones para proyectos específicos, basados en el crowdfunding, o 'financiación de multitudes'. Sus cifras de negocio alcanzan ya los miles de millones de euros, y se multiplican las inversiones millonarias en aplicaciones móviles para el pago y la realización de transferencias. Su tamaño es todavía pequeño para representar una alternativa real a la banca tradicional, pero de seguir con el actual ritmo de crecimiento, es bastante probable que se conviertan en un sector consolidado con capacidad de competir de tú a tú con las grandes entidades, lo cual es una buena noticia. Pero como todo cuando hablamos de economía, puede suponer también un serio riesgo. Hay servicios ofrecidos por el sistema bancario que difícilmente serán ofrecidos por las nuevas firmas, como préstamos a muy largo plazo, u operaciones empresariales de cierto calado. Si los bancos pierden negocio en aquellos sectores más rentables de su actividad, es probable que se enfrenten a serias dificultades, afectando al conjunto de la actividad económica.

El fenómeno está, por lo tanto, a punto de transformar la manera en la que entendemos la relación con el sector financiero. Si las tareas de intermediación financiera se pueden organizar a través de aplicaciones móviles con un mínimo coste de estructura, buena parte del negocio bancario tradicional se convertirá en obsoleto en menos tiempo del que pensamos. Tendremos que estar atentos a lo que ocurra cuando los grandes del sector tecnológico materialicen sus ideas de hacerse un hueco en este territorio tan sensible para el buen funcionamiento de las economías modernas.

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