LUÍS PARDO. PERIODISTA
OPINIÓN

La (otra) guerra biológica

David Broncano, a su llegada la 33 edición de los Goya que se celebra en el Fibes de Sevilla.
David Broncano, a  su llegada la 33 edición de los Goya que se celebra en el Fibes de Sevilla.
GTRES
David Broncano, a su llegada la 33 edición de los Goya que se celebra en el Fibes de Sevilla.

"¿Cómo empieza una guerra?". Con esa pregunta arranca Guerra 3, un pódcast tan adictivo y maniqueo como una peli de John Milius. "Los libros de historia nos dicen que al principio de todo hay una explosión, un disparo", recita Adriana Ugarte, aka Jimena Torres. Y es cierto: todos aprendimos que la I Guerra Mundial tuvo como detonante el asesinato del archiduque Franz Ferdinand, quien a principios de siglo volvió para vengarse en forma de banda de rock alternativo.

En el mundo de la comunicación se libra desde hace años una guerra generacional más o menos subterránea. De un lado estamos los que todavía leemos los medios tradicionales –algunos dinosaurios incluso hacemos algo tan anacrónico como escribir o hablar en ellos–; en el otro, quienes dicen que la tele es antigua y el Facebook de viejos y ya solo acceden a lo que les interesa a través de Youtube e Instagram.

En 2016 –para ellos, el Pleistoceno–, vivimos nuestro equivalente al atentado de Sarajevo. Pedro Simón, un tipo que presume de no tener ni tarjeta de crédito, entrevistó a El Rubius y provocó una masacre (mediática). Pero Jimena nos avisa: "Las guerras empiezan mucho antes del primer disparo". Por eso Risto Mejide, más risto que el hambre, había iniciado meses antes las labores diplomáticas sentando a varios youtubers en su programa.

Parecía que las aguas habían vuelto a su cauce hasta que La Zowi fue a La Resistencia y se reanudaron las hostilidades. "Es que sois muy antiguos aquí en la tele", resumió la trapera en una entrevista que –curiosamente– todos vimos en Youtube. David Broncano, ídolo de millennials, envejeció una década de golpe (y nosotros con él).

¿Cómo empieza una guerra? No lo sabemos, pero sí cómo acabará esta. No será con armas biológicas, sino con biología: solo tienen que sentarse a esperar...

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