La política como medio de transformar la realidad, no como instrumento de sustentación del poder. El poder de ambicionar el cambio frente a la ambición de poder. Hoy volvemos, Pablo, a formar equipo, sin miedo, con plena conciencia política y en libertad. La libertad individual no tiene precio ni peaje. Ni hay cuadro ni estructura que pueda filtrar votos. Es la conciencia crítica y el ejercicio de la libertad, algo tan sencillo y, en ocasiones, tan incomprendido.

Hay que vencer el frentismo, la soberbia que nos ha podido castigar y que aún lamentablemente se percibe. El poder humilde y poderoso de transformar desde unos principios ideológicos cimentados en la dignidad, la libertad, la igualdad y el progreso. La oportunidad de volver a coser ese espacio de afectividad común que es España. Restablecer el vínculo como prioridad. Aportar soluciones y no problemas. Porque quienes han causado los problemas no pueden tener la solución.

Hoy volvemos a correr. Y hemos de ganar. Para no volver a ver a muchos compañeros desilusionados. Como los veíamos hace dos meses. Esos mismos militantes y simpatizantes que nos pedían a gritos que nos moviéramos, que abominaban la parálisis y la falta de iniciativa. No es solo estética, es la ética de las ideas. Un nuevo ciclo, que sume lo mejor de lo que hemos tenido, tenemos y tendremos. Sin miedo. Solo puede tener miedo quien lo quiere imponer.

Estamos más cerca de poner fin al inmovilismo, al relativismo y hasta el nihilismo de algunos. Tengo la impresión de que hay una gran ola interior que pide que ganemos esta carrera. No hay tiempo que perder.

El martes estaré con Pablo en Zaragoza. Cuenta con el apoyo de muchos aragoneses que son partícipes de este sentimiento. Que no construyen relatos ficticios sino que construyen realidades. Que corren cada día por ser mejores. En la carrera de sus vidas. Corremos todos juntos.