Antes de perder en Leganés, del Barcelona se decía que no dependía sólo de Leo Messi. Eso sí, se alababa tanto al argentino que a los Xavi, Iniesta o Alves se les consideraba simplemente complementos de Leo, y cuando alguno de nosotros señalábamos que el '10' le debía mucho a eso mal llamados complementos, nos querían expulsar del mundo por profanar el nombre del nuevo 'D10S' en vano.
A Leo Messi no se le puede negar su grandeza, ni tampoco su genialidad, pero como decía Don Alfredo: "Nadie es mejor que todos juntos". Es cierto, aunque en el caso del Barça y de Messi parece cada vez es más obvio que él necesita amigos, y que el Barça le necesita imperiosamente porque si no aparece, el equipo desaparece.
En la actualidad no hay partido del Barça en el que sin el argentino, todo en el juego azulgrana es más opaco que nunca. Mal en defensa, regular en medio campo y si no está fino, en el ataque se apagan los demás.
Las victorias del Barça en este inicio de temporada siempre han sido porque Messi ha estado activo y a veces genial. Incluso estando en ese estado, el FC Barcelona ha 'sufrido' para sacar los puntos. Contra el PSV, sin ser los holandeses un equipo a temer, Messi tuvo que volver a sacar su chistera para ser de nuevo alzado a unos altares que cada día son menos elevados para el mundo, pero sagrados para el Barcelona.
Por eso, aún a riesgo de ser expulsado del mundo, me mantendré en lo que llevo diciendo hace tiempo sin menospreciar a Leo Messi pero tampoco adorándole ciegamente como el mejor de todos los tiempos, aunque en el Barça, si él no aparece, los demás no existen. Hoy, más que nunca, el FC Barcelona tiene 'Messidependencia'.
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