Europa está de enhorabuena, lo que no es habitual en los tiempos que corren. Y lo está porque el próximo 26 de marzo más de 100.000 personas con discapacidad intelectual ejercerán su derecho al voto por primera vez desde España.

Las 59 personas que representarán a España en el Parlamento Europeo serán, si es posible, un poquito más representativos de nuestra sociedad

Todo empezó hace dos años, cuando registramos en el Parlamento madrileño una iniciativa que siguió su recorrido en el Congreso y Senado y posibilitó que, finalmente, la Junta Electoral, aunque con reticencias, incluyera en el censo electoral a estas personas hasta ahora excluidas. Así, desde el Grupo Parlamentario Socialista recogíamos el guante que nos lanzaba una buena parte de la sociedad y asumíamos una histórica reivindicación del CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) para modificar el artículo tercero de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, que hasta ahora prohibía y excluía del derecho a este colectivo.

Acabar de una vez por todas, y después de tantos años, con esta discriminación fue el objetivo de la iniciativa que tuve el honor de trabajar y defender desde la Cámara Autonómica. Fuimos valientes en iniciar este camino porque entendimos que desde Madrid se puede y debe llegar a Europa. Creemos que las personas con discapacidad no sólo tienen derecho a votar, sino que deben ejercerlo. Son ciudadanos capaces de tomar decisiones y defender sus intereses.

En el PSOE somos socialdemócratas porque creemos que hay que proteger la Europa social. Las y los socialistas estamos convencidos que la Unión Europea debe avanzar sin dejar a nadie atrás. Querer a Europa es cuidarla, fortalecerla y no ensimismarla. Tenemos muy claros los principios, la filosofía y los valores europeos: la herencia de la revolución francesa. Libertad, Igualdad y Fraternidad.

El 26 de mayo tendrán lugar unas elecciones en las que nos jugamos impulsar o, por el contrario, hacer languidecer a Europa. Y todo ello justo cuando es más necesaria que nunca una Europa fuerte; una Europa social es la fuerza que permitirá relegitimar el proyecto europeo desde la base. La Europa que protege es la Europa que cohesiona, que une a la sociedad, con hechos y no solo de palabra.

La Unión Europea será sentida por los europeos de a pie como un proyecto suyo, de su propiedad, y no patrimonio de una clase ilustrada cosmopolita, entendida desde una Europa social. El ideal europeo, recordémoslo, se construyó mediante lo que se ha venido en llamar 'el pacto socialdemócrata'. Un pacto que debe perdurar porque la socialdemocracia es el ADN de Europa. Pero, cada logro, aunque esté consolidado debe ser fortalecido para evitar pasos atrás.

En los próximos comicios tengo el gran honor de estar incluida en la candidatura del PSOE a Europa, y me siento profundamente halagada de saber que el voto de estas más de 100.000 personas va a ser uno más de los que nos legitimen para representar al pueblo español. Porque la Europa que queremos, y por la que nos vamos a seguir dejando la piel, también tiene que incluirlas.

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Mónica Silvana es candidata por Madrid al Parlamento Europeo y secretaria de Movimientos Sociales y Diversidad del CEF del PSOE