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Los efectos de la exposición solar en los ojos y cómo protegerlos

La exposición al sol puede dañar la salud ocular.
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La radiación solar, y más concretamente los rayos ultravioleta, pueden tener efectos adversos en la salud ocular que van desde la fotoqueratitis, hasta la degeneración macular, quemaduras o las cataratas por acción acumulativa, entre otros. Sin embargo, se trata de consecuencias graves que podemos evitar fácilmente protegiéndonos adecuadamente.

Aparte de que en los niños el problema puede agravarse, debido a su vulnerabilidad al estar en proceso de desarrollo, con la llegada del verano los problemas oculares aumentan en la población general debido a la radiación solar y al contacto de los ojos con agentes externos como el agua o la arena. 

Hablamos con cinco expertos en salud ocular para que nos cuenten qué tipo de patologías puede provocar la exposición excesiva al sol, y de qué manera debemos proteger nuestros ojos en verano.

¿Qué daño puede hacer el sol en nuestros ojos?

"La luz solar es esencial para la vida, pero la exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioletas (UV) puede tener efectos perjudiciales en la salud ocular. En esta época del año, la radiación UV es más fuerte y estamos más expuestos a ella. La mayoría de nosotros recuerda proteger la piel con protección solar, pero no debemos olvidar que nuestros ojos también necesitan protección", comienza exponiendo el doctor Carlos Palomino, Jefe de servicio de oftalmología del hospital Quirón de Madrid.

Además de proteger la piel, hay que proteger el contorno de los ojos de los efectos del sol.
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Es importante comenzar a utilizar protección ocular adecuada a una edad temprana y especialmente cuando estamos en la piscina o en la playa. En estos lugares, los rayos UV se reflejan y la intensidad de luz que llega a nuestros ojos es aún mayor.

"La exposición prolongada y sin protección a los rayos UV es un factor de riesgo para algunas afecciones oculares como por ejemplo las cataratas. En este caso sucede que el cristalino se vuelve opaco, afectando a la visión. Las cataratas son una de las principales causas de ceguera en el mundo y, aunque pueden tratarse con cirugía, la prevención es clave para reducir el riesgo", dice el doctor.

El doctor Rafael Luchena, oftalmólogo y director médico de Clínica Baviera Sevilla añade que "la exposición acumulativa a los rayos UV del sol a lo largo del tiempo puede dar lugar al desarrollo de cataratas, lo que podría terminar en ceguera. Los primeros síntomas incluyen dolor, enrojecimiento, visión borrosa e, incluso, sensación de arenilla en los ojos". 

Efectos a corto y a largo plazo

Los doctores de la Clínica Ferraro, distinguen entre efectos secundarios a largo plazo (como es el caso de las cataratas) y a corto plazo.

"La exposición solar sin la protección adecuada puede tener varios efectos negativos en los ojos más o menos inmediatos. Los más destacados son fotoqueratitis, conjuntivitis y pterigión".

El daño ocular del sol puede producirse a corto o a largo plazo
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1. Fotoqueratitis

La fotoqueratitis es una inflamación dolorosa de la córnea, similar a una quemadura solar en la superficie del ojo. Se caracteriza por enrojecimiento, dolor, lagrimeo, sensibilidad a la luz y visión borrosa. "La mayoría de los efectos oculares relacionados con la exposición solar, como la fotoqueratitis (quemazón solar en la córnea), suelen ser leves y se resuelven por sí solos en pocos días".

2. Pterigión

El pterigión es el crecimiento anormal de tejido conjuntivo que se extiende desde la conjuntiva hacia la córnea. Se asocia principalmente a la exposición prolongada a la luz ultravioleta (UV) del sol, especialmente en ambientes secos y ventosos.

La farmacéutica Pilar Pérez añade que "esta afección se asocia también con condiciones climáticas ventosas y polvorientas".

3. Conjuntivitis

Inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior del párpado. La conjuntivitis puede causar enrojecimiento, picazón, escozor y sensación de arenilla en los ojos.

Degeneración macular y cáncer de piel, males mayores a largo plazo

Con el paso del tiempo y debido al efecto acumulativo, la exposición al sol puede provocar degeneración macular, cáncer de piel alrededor del ojo y cataratas, de las que ya hemos hablado.

Las revisiones oftalmológicas pueden contribuir a atajar el daño solar cuanto antes. En muchos casos, es reversible.
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1. Degeneración macular

Desde Clínica Ferraro explican que la degeneración macular que puede provocar el sol "es un deterioro de la mácula, la parte central de la retina responsable de la visión fina. Es la principal causa de pérdida de visión en adultos mayores. La exposición prolongada a la luz solar, especialmente a la luz azul, aumenta el riesgo de desarrollar esta patología".

Pilar Pérez, farmacéutica y CEO de Albalab Bio añade que "la degeneración macular es una de las principales causas de pérdida de visión en las personas mayores, y hay que tener especial cuidado para que no se desencadene".

En este mismo tema, el de la degeneración macular, el doctor Rafael Luchena comenta que "la degeneración macular asociada a la edad es un problema que afecta a la parte central de la retina y puede causar pérdida de visión central dificultando tareas como leer y reconocer caras. Aunque es un problema vinculado a la edad del paciente, la exposición directa y continuada a la luz ultravioleta puede acelerar su aparición y desarrollo".

2. Cáncer de piel 

El carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas son los tipos de cáncer de piel más comunes que afectan el área alrededor de los ojos. La exposición excesiva a la radiación UV a lo largo de la vida aumenta el riesgo de desarrollar estos tumores.

El melanoma ocular es un grave efecto secundario de la exposición prolongada al sol.
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Sobre este particular, el doctor Luchena habla de que "otro de los problemas que puede generar el abuso del sol es el melanoma ocular, un tipo de cáncer que afecta a los melanocitos, las células encargadas de la producción de la melanina o el cáncer de párpado, un tipo de melanoma dérmico que tiene la característica de ubicarse en esa parte de la piel que cubre los ojos. Es un tipo de cáncer más habitual de lo que se piensa ya que esta zona la forma una piel especialmente sensible".

Otras consecuencias del sol en la salud ocular

El doctor Luchena de Clínica Baviera considera que "la exposición solar de manera moderada y controlada tiene ciertos beneficios para la regulación de los ritmos circadianos, la estimulación de procesos metabólicos y circulatorios o la producción y síntesis de vitamina D pero también puede tener algunos efectos adversos significativos en la salud ocular si no se toman las precauciones adecuadas".

Proteger nuestros ojos del sol es fundamental para nuestra salud.
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Los rayos ultravioletas pueden causar diversos problemas oculares a corto, medio o largo plazo "como por ejemplo la fotoqueratitis, quemaduras en los ojos que aparecen cuando hay una alta exposición al sol y el cuerpo reacciona con la aparición de pequeñas ulceras en la córnea. Los síntomas incluyen dolor, enrojecimiento, visión borrosa e incluso sensación de arena en los ojos".

También tenemos que considerar "la posibilidad de que aparezca la pinguécula, un relieve en la zona que separa el iris y la esclerótica del ojo, aunque también puede presentarse en otras partes de la conjuntiva. Se trata de un tumor benigno que crece de forma irregular en el ojo y que, si sigue creciendo, puede provocar dificultades en la visión y molestias en los ojos". 

Síntomas de alerta del daño del sol en los ojos

Entre los síntomas que pueden avisarnos de que estamos dañando nuestra salud visual en verano, desde Clínica Ferraro mencionan el dolor ocular intenso o persistente; la visión borrosa o nublada; el enrojecimiento intenso o cierta sensibilidad a la luz; la fotofobia; un lagrimeo excesivo; destellos alrededor de las luces y determinada dificultad para ver en la noche.

Las lágrimas artificlaes nos ayudan a hidratar el ojo en los ambientes secos de verano.
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Una buena idea es mantener los ojos hidratados durante la exposición solar, parpadeando con frecuencia para distribuir las lágrimas por la superficie ocular y evitar la sequedad. Al mismo tiempo, podemos evitar los ambientes secos y ventosos, usando humidificadores. También conviene consumir el agua suficiente para evitar la deshidratación desde el interior. 

En cuanto a la protección, lo más importante es utilizar productos antioxidantes que ayudan a proteger la piel del daño solar y reducir la aparición de ojeras. Utilizar un buen contorno de ojos que contenga ingredientes antioxidantes como vitamina C, vitamina E o ácido ferúlico es correcto.

En el caso de niños hay que tener especial cuidado, al ser un grupo especialmente vulnerable. En estos grupos, el cristalino, filtro natural del ojo, no ha alcanzado aún su máximo desarrollo. De hecho, los ojos de los menores son un 75 por ciento más sensibles que los de los adultos, a los efectos dañinos de los rayos solares porque penetran con mayor facilidad en el globo ocular y pueden ocasionar dolor, enrojecimiento en los ojos y fotofobia.

Medidas para proteger nuestros ojos frente al sol

"Para evitar los posibles problemas del abuso del sol en los ojos, debemos actuar y protegernos. Buscar espacios sombreados cuando nos encontramos en exteriores, evitar las horas de mayor incidencia solar en exteriores o utilizar gorras y sombreros", comienza recomendando el doctor Luchena.

Las gafas de sol deben estar homologadas, no vale cualquiera para proteger nuestros ojos.
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Las gafas de sol son la mejor herramienta que tenemos para proteger ojos, párpados y piel de alrededor. "Eso sí, deben cumplir con los estándares de calidad necesarios, elegir bien el grado de intensidad con el que filtran y que estén homologadas, por eso es conveniente adquirirlas en establecimientos de confianza", dice el doctor de Clínica Baviera.

Desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega insisten en la necesidad de la prevención en lo que se refiere a salud ocular, y recomiendan no mirar al sol directamente ya que esta exposición prolongada puede causar daños oculares como la queratitis, y complicaciones degenerativas. 

Otra precaución consiste en usar sombreros de ala ancha frente al sol.
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Además, es buena idea utilizar lágrimas artificiales para hidratar, disponer de toallas limpias para secar los ojos, evitar tocarlos con las manos y usar gafas de natación de calidad para evitar el contacto con el cloro y otros organismos que se encuentran en el agua.

El doctor Palomino añade: "aunque el sistema visual humano tiene mecanismos para adaptarse y protegerse de la luz solar, como la constricción de la pupila, el parpadeo frecuente, entrecerrar los ojos e incluso el reflejo de aversión para evitar mirar directamente a las fuentes de luz, debemos protegernos mediante gafas de sol con protección UV, sombreros de ala ancha y evitando la exposición en las horas centrales del día".

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