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El té verde y el resveratrol reducen las placas características del alzhéimer en un estudio

Té verde.
Pixabay/8AM

En el mundo hay ya cerca de cincuenta millones de personas que sufren la enfermedad de Alzheimer, y se prevé que esa cifra crezca hasta más de setenta millones antes de 2030.

La causa de la enfermedad en su forma más común, que no es la de base genética, no se conoce con certeza. Este hecho dificulta el desarrollo de tratamientos, pero existen varias teorías que están permitiendo que se produzcan avances significativos.

Té verde y uvas

Por ejemplo, explican en la revista científica Free Radical Biology and Medicine, un equipo de investigadores de la Universidad Tufts (Estados Unidos) comprobó recientemente que el virus del herpes común podía provocar la aparición, en un modelo 3D hecho de neuronas humanas vivas, de las placas de proteínas anormalmente plegadas características del alzhéimer, las llamadas placas de beta-amiloide.

En base a esto, este mismo equipo está actualmente buscando formas de ralentizar la aparición de esas placas. Y parece que hay dos sustancias presentes en alimentos comunes que podrían lograrlo, según anuncian en el mencionado artículo: las catequinas del té verde y el resveratrol, un polifenol presente en las uvas o el vino entre otros.

Así, explican que empleando el mismo método que en la investigación previa (modelos 3D de neuronas humanas vivas) estos dos compuestos habían logrado reducir la formación de placas de beta-amiloide con pocos o ningún efecto secundario.

Eficacia al margen del origen vírico

Estos autores probaron 21 compuestos diferentes, algunos de los cuales conseguían reducir la formación de las placas pero sólo en el alzhéimer inducido por el virus del herpes. Por ello, buscaban sustancias que lograran el mismo efecto al margen del componente vírico (o de la ausencia del mismo) del alzhéimer, de manera que muestren potencial para lograr mejorías sin importar la causa concreta de la enfermedad.

Cinco compuestos parecían conseguir esto: además de las catequinas del té verde y el resveratrol, la curcumina (sustancia presente en la cúrcuma), la medicación diabética metformina y un compuesto llamado citicolina minimizaban la aparición de placas sin tener actividad antiviral.

Las catequinas del té verde ya habían atraído el interés de los científicos por sus propiedades antioxidantes, que se exploran en el contexto del cáncer, y el resveratrol por sus efectos anti-envejecimiento.

Parte de la dieta

Con todo, los autores aconsejan cautela ante estos resultados, que podrían no trasladarse a los pacientes: algunos compuestos no logran cruzar la barrera hematoencefálica (lo que resultaría imprescindible en el caso de un tratamiento para el alzhéimer) y algunos tienen poca biodisponibilidad, lo que significa que no se absorben correctamente en el cuerpo o el torrente sanguíneo.

Aún así, el descubrimiento es significativo, ya que actualmente no disponemos de cura para el alzhéimer ni de medios para prevenir su progresión, más allá de una serie de nuevos medicamentos que están aún en fases de prueba. En cambio, sustancias como el resveratrol o las catequinas, de los que se sabe que son seguras y accesibles, podrían ser incorporadas como suplementación en la dieta.

Por ejemplo, las fuentes naturales del resveratrol incluyen el vino tinto, las uvas, los arándanos, la remolacha, los cacahuetes, los pistachos o el cacao, que pueden formar parte de la nutrición habitual de las personas.

Referencias

Isabella A. Silveira, Adam S. Mullis, Dana M. Cairns, Anna Shevzov-Zebrun, Jordyn Whalen, Alexa Galuppo, Katherine G. Walsh, David L. Kaplan. Screening neuroprotective compounds in herpes-induced Alzheimer's disease cell and 3D tissue models. Free Radical Biology and Medicine (2022) DOI: https://doi.org/10.1016/j.freeradbiomed.2022.05.002.

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