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¿Qué es realmente ponerse moreno? No significa nada saludable

Tomar el sol produce un daño en las células de la piel.
Pixabay/Free-Photos

Con la llegada del buen tiempo, el aumento de temperaturas y a pocos días de que arranque oficialmente la temporada de verano, muchas personas aprovechan los primeros rayos de sol para volver a lucir una piel bronceada. Pero, ¿qué significa realmente broncearse y cuáles pueden ser los riesgos para la salud?

La radiación solar tiene efectos realmente positivos en nuestro cuerpo, ya que una de sus principales funciones es que ayuda a estimular la producción de vitamina D. Sin embargo, la exposición prolongada a los rayos ultravioleta tiene efectos perjudiciales, tales como quemaduras solares, manchas, envejecimiento de la piel e incluso cáncer.

¿Cómo se produce el bronceado?

"Ponerse moreno implica que las células de la piel se protegen con melanina para no dañar su ADN", explica el equipo de expertos de Futurlife. Nuestra piel contiene melanocitos, unas células que producen melanina encargada de absorber la radiación ultravioleta. En este sentido, cuando la radiación del sol comienza a dañar las células de la piel, estas mandan un mensaje a los melanocitos para que se produzca más melanina como herramienta de defensa. 

Por tanto, aunque parezca que se ha bronceado la piel, lo que realmente ocurre es que se está protegiendo contra el daño celular. "Cuando las células de la piel tienen mucho daño en su ADN por el sol acaban autoeliminádose y provocando inflamación y enrojecimiento en la zona", añaden. Es por esta razón que se producen las quemaduras tras tomar el sol.

Asimismo, "la radiación UV del sol daña el ADN de las células de la piel y provoca aumento de radicales libres". Con el paso del tiempo, "si no se repara y se dañan genes como el conocido P53 aumenta la probabilidad de desarrollos tumorales", detallan. 

¿Cómo actúan los rayos ultravioleta?

Por tanto, los expertos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) insisten en que "el bronceado no es sinónimo de salud ni de belleza" porque las quemaduras solares cuando somos pequeños o adolescentes son "determinantes de cáncer de piel en la edad adulta". 

Cabe destacar que existen tres tipos de radiación ultravioleta que se clasifican según la longitud de onda: UVC, UVB y UVA. Como recuerdan desde la Fundación Piel Sana, los rayos UVB (onda corta) y UVA (onda larga) son los que pueden atravesar las capas de la Tierra y afectar a la piel provocando "daños permanentes en el sistema inmunitario local y en el material genético de las células cutáneas".

De hecho, los rayos UVB son los causantes del bronceado en la piel y de la aparición de quemaduras con gran rapidez. Los rayos UVA, por su parte, no suelen causar quemaduras, pero "penetran más profundamente en las capas inferiores de la piel donde producen el bronceado". Al mismo tiempo, "dañan el tejido conjuntivo que se encuentra bajo la epidermis, lo que hace que la piel pierda su tono", dando lugar al envejecimiento prematuro y a las arrugas.

¿Cuánto tiempo debemos tomar el sol?

El cáncer de piel es frecuente en personas mayores de 50 años, pero cada vez se diagnostican más casos en jóvenes, subraya la AEDV. Así, uno de los principales factores de riesgo es la exposición excesiva a la radiación solar. Por ello, desde la Fundación Piel Sana advierten de que "no hace falta más que una pequeña dosis de 20-30 minutos de sol al día" para que la piel produzca la vitamina D necesaria. 

Para evitar que la piel se dañe, hay que protegerse de forma adecuada con cremas fotoprotectoras que tengan un factor igual o mayor de 30. Asimismo, se recomienda utilizar ropa adecuada, sombrero y gafas de sol para prevenir el daño ocular. Por otro lado, los expertos recuerdan que no es conveniente tomar el sol en las horas centrales del día, esto es, de 12.00 a 17.00 horas.

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