Ejercicios

Barefoot: ventajas y desventajas de hacer ejercicio descalzo según los expertos

Hacer ejercicio descalzo.
ARCHIVO

El ejercicio físico es una de las tareas pendientes para muchas personas en España, según el Módulo de Salud de la Encuesta de Condiciones de Vida 2022, a nivel nacional un 37,7% de la población realiza actividad física regular en su tiempo libre, un porcentaje que, si bien está por encima de la media europea, todavía deja a muchas personas en el lado del sedentarismo.

Es importante encontrar la actividad física que nos resulte estimulante, de esta manera será más sencillo crear adherencia al ejercicio. También es clave encontrar la forma en la que mejor nos sintamos haciéndolo y puede que eso pase por entrenar descalzos, consiguiendo que además de hacer ejercicio para sentirnos mejor, nuestra conexión con la naturaleza y el entorno sea mayor. Esto tiene algunas ventajas y también ciertas desventajas que conviene conocer antes de dar el paso.

Ventajas e inconvenientes de hacer ejercicio descalzo

El yoga se practica descalzo.
Freepik

De vez en cuando aparecen tendencias que nos invitan a sumarnos, apostar por entrenar descalzos es solo una de ellas, pero es una de las que más interés despierta, por las muchas ventajas que parece tener. Eso sí, antes de saber si es una moda diseñada para nosotros, lo mejor es conocer en profundidad los beneficios que podemos obtener, pero también los riesgos que se corren el entrenar sin calzado.

Entre las ventajas que tiene entrenar descalzo destaca esa vuelta a lo natural. Con el tiempo nos hemos acostumbrado a llevar calzado y nuestro cuerpo se ha adaptado a ello, pero al hacer deporte descalzos, fomentamos la conciencia corporal natural o propiocepción, tal y como explica Gregory Alvarez, podólogo de Ankle and Foot Centers of America para Health. “La mayor sensibilidad en la planta del pie puede llevar a obtener una mayor conciencia y coordinación corporal y a un mejor control neuromuscular”.

Al eliminar el calzado, quitamos de la ecuación la protección y apoyo extra que supone, lo que hace que los músculos tengan que esforzarse más por mantener el equilibrio, lo que obliga a que también trabaje la zona del core. De este modo, movilizamos una mayor cantidad de músculos, haciendo que el trabajo sea más intenso. Se elimina también el riesgo ante los daños que puede causarnos un calzado inadecuado, que van mucho más allá de rozaduras o ampollas.

Entrenar descalzo en ocasiones puede ayudarnos a fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y trabajar el core, mejorar la alineación de los músculos y la columna vertebral y reduce el riesgo de lesiones porque favorece una postura más natural, pero no está libre de inconvenientes.

Mujer joven haciendo el ejercicio roll-up.
Freepik

Por supuesto, las ventajas de entrenar barefoot son muchas, pero también tiene algunas cosas que juegan en su contra, por ejemplo, no en todos los lugares públicos se permite entrenar descalzo, porque puede aumentar el riesgo de heridas, infecciones y hongos. Tampoco está muy claro que el impacto positivo de entrenar descalzo sea destacable en cuanto a mejoras atléticas, algunos estudios señalan que puede que esas mejoras no existan o que se tarde más tiempo en mejorar, pero los resultados no son claros.

“A pesar de los beneficios, no está claro cómo impacta en el rendimiento general”, confirma para Health la doctora Anna Balabanova Shannahan, del Osher Center for Integrative Medicine at Northwestern Medicine. Así, se considera que entrenar descalzo o calzado tiende a ser más una cuestión personal. Quienes tienen ciertos problemas de salud en los pies, pueden preferir el soporte y ayuda que el zapato deportivo proporciona. Otros optarán por entrenar descalzos por las buenas sensaciones que esto les provoca.

Consejos para entrenar sin calzado reduciendo riesgos

Antes de abandonar pasa siempre el uso de calzado deportivo a la hora de entrenar, conviene señalar que este es un proceso que hay que hacer con cautela, evitando así riesgos innecesarios. Es importante que los pies y los tobillos se adapten poco a poco, por lo que así hay que empezar a entrenar descalzo, dedicando unos minutos en cada entrenamiento y ampliando el tiempo. Además, si resulta molesto, lo mejor es reducir los tiempos y tomárnoslo con más calma.

Lo mejor es comenzar en interiores, sobre superficies seguras que no vayan a dañarnos los pies, más adelante se puede probar con la arena de playa o caminar o hacer ejército sobre césped, introduciendo poco a poco superficies distintas. No es necesario pasar de las zapatillas habituales a ir descalzo, existe calzado específico barefoot que puede ser ideal para la transición. Poco a poco será más sencillo entrenar descalzo, pero siempre es necesario prestar atención a los posibles daños, para evitar que se produzcan o poner remedio si comienzan a aparecer. 

Referencias

Franklin, S., Grey, M. J., Heneghan, N. R., Bowen, L., & Li, F. X. (2015). Barefoot vs common footwear: A systematic review of the kinematic, kinetic and muscle activity differences during walking. Gait & Posture, 42(3), 230-239. https://doi.org/10.1016/j.gaitpost.2015.05.019

¿Quieres recibir los mejores contenidos para cuidar tu salud y sentirte bien? Apúntate gratis a nuestra nueva newsletter.

loading...