Familia

Celos, separación de la familia, críticas constantes… Señales que indican que sufres el control coercitivo de tu pareja

La manipulación es una de las armas de quien ejerce el control coercitivo.
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La línea que separa una relación de pareja sana de otra abusiva no siempre es obvia, sobre todo, cuando el abuso es psicológico. Sin embargo, puede ser igual de dañino que un maltrato físico por lo que resulta fundamental reconocer estas conductas para alejarse cuanto antes de una relación tóxica.

La psicóloga Andrea Doreste del centro Médico MGC Mutua explica que el control coercitivo es “una forma de maltrato psicológico, en el que el maltratador sigue conductas tendentes a la manipulación y al control dentro de una relación, y ejerce cierta forma de poder sobre la víctima, a veces mediante la humillación o la intimidación” e insiste en que en muchas ocasiones se trata de conductas sutiles y difíciles de detectar.

La pauta de actuación del maltratador, dice la experta, consiste en privar a la víctima de su libertad y de su capacidad de juzgarse positivamente. “El resultado es que se siente cada vez más dependiente del maltratador, creando un círculo vicioso” y compara la situación de quien es maltratado con la de una persona privada de libertad: "el control coercitivo crea así una cadena invisible, que irá ciñiéndose cada vez más a la persona, reduciendo su capacidad de reacción, como le sucede a un rehén".

La psicóloga expone una serie de signos relevantes y evidentes que permiten detectar este control coercitivo:

Separación de familia y amigos


Según la especialista, el maltratador trata normalmente de aislar a la persona de cualquiera que suponga ayuda poniendo, por ejemplo, problemas para verse con ellos y actúando como si fuera la víctima. "Es como un león cazando, cuando ya ha logrado separar a su presa del resto de la manada, para él es mucho más fácil, puesto que la víctima está sola, es vulnerable y está asustada", matiza Doreste.

Controlar todo


Dos de las formas más habituales son comprobar el teléfono y espiar las redes sociales para controlar con quien tiene contacto la víctima: “Al maltratador le gusta estar al mando en todo momento y tener el control total de lo que hace su pareja. Querrá saber dónde va y con quien y cuánto tiempo va estar fuera. El objetivo es tratar que esté el menor tiempo posible fuera de casa, para aislar a la víctima del resto del mundo y así coartar su libertad, no dejándola hacer actividades que le suelen gustar. Cuanto más control tenga, se sentirá mejor y más fuerte”, afirma la experta.

Críticas constantes


Otra señal evidente del control coercitivo son las críticas a la pareja frecuentes y ácidas. “Esa crítica constante provoca que la persona se venga abajo, pierda la seguridad en sí misma y esté pendiente únicamente de lo que le parece bien al maltratador”.

Control del dinero


El control coercitivo se extiende también al ámbito económico, por ejemplo, obligando a la víctima a pasar su dinero a una cuenta común y controlando el más mínimo gasto. “Como la víctima no se siente segura de sí misma, agradecerá que la otra persona tome el mando”.

Alienación parental

Para la experta, otro signo evidente del control coercitivo es convencer a los hijos de que rechacen o simplemente de que cuestionen la autoridad de la víctima y desobedezcan sin razón. “Con ello, no solo logra enturbiar o sabotear la relación con ellos, sino que establece claramente su posición jerárquica en la familia”.

Decidir su estilo de vida

Como por ejemplo diciéndole a la víctima qué tipo de ropa se debe poner. “Esta persona acaba siendo un robot que come, se viste y duerme, como y cuando él manda. En muchos casos pierde su identidad y la capacidad de tomar decisiones. Puede hasta acabar en incapaz de pensar por sí misma”, afirma Doreste.

Mostrarse celoso

Para la psicóloga “la acusación sistemática de algo que no se ha hecho es una manera infalible de destruir la autoestima, y una forma más de controlar. Es más, puede estar acusando de algo que en realidad es él quien lo hace. Los celos extremos muestran un sentimiento de posesión y si piensa que admira a alguien no le gustará nada, porque es él quien reclama toda la atención”.

Regular la vida sexual de la pareja

Como imponer cuándo tener relaciones o hacer cosas que no le agradan a la víctima. “Será él quien diga cuándo, dónde y cómo. Cree que tiene derecho a hacer todo lo que le gusta”.

Amenazas físicas


También existe control coercitivo cuando se amenaza con hacer daño a la pareja o a alguien de su familia, y se usan esas amenazas para lograr sus fines.

Chantaje

El maltratador también es capaz de indagar sobre algo privado del pasado, en momentos de aparente tranquilidad, para ver si encuentra alguna cosa que le pueda causar vergüenza, y llegado el momento, amenazar con revelarlo.

¿Se puede salir del control coercitivo? Andrea Doreste aconseja: "si crees o sientes que algo no está bien, lo probable es que no esté bien. Salir de una relación de maltrato puede ser difícil y lleva tiempo, requiere planificación y exige resiliencia. Si no te sientes con fuerzas para dejarle es que ha logrado controlarte. Y no debes pensar que vas a hacer todo por ti misma, tienes que tener presente que no estás sola o sólo, según sea el caso. Porque aunque generalmente hay más mujeres víctimas, estamos viendo casos de hombres que están sometidos a sus mujeres".

La psicóloga recomienda llevar un diario y tomar notas desde el primer momento que se observa que algo no va bien, guardar los mensajes de texto como capturas de pantalla, fotos, notas escritas… todo lo que se pueda necesitar en un futuro. También pedir ayuda a alguien muy cercano y, ante todo, “planear la marcha que debe hacerse con mucho cuidado”.

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