Familia

Cómo identificar el trastorno de oposición desafiante en adultos

Se estima que cerca del 40% de los diagnosticados con este trastorno durante la infancia empeoran en la edad adulta.
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El trastorno negativista desafiante también conocido como trastorno de oposición desafiante (en inglés ‘oppositional defiant disorder’ u ODD) está estrechamente ligado con la infancia. De hecho, manifiesta sus primeros síntomas en esta etapa y es en esta etapa también cuando suele ser diagnosticado. Se estima que este trastorno afecta entre el 5 y el 15% de la población escolar pero a pesar de ello los expertos consideran que buena parte de los casos pasan desapercibidos o no son tratados.

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Entre los niños sí diagnosticados y que reciben la terapia adecuada es normal que los síntomas de este trastorno vayan disminuyendo e incluso desaparezcan, sin embargo, las cifras hablan por sí solas: cerca del 40% de los diagnosticados empeoran progresivamente convirtiendo esta condición psicológica también en un problema de adultos y la realidad diaria de éstos en algo mucho más complicado.

¿Cómo se puede identificar el trastorno de oposición desafiante en adultos? Al igual que ocurre con los menores, cuando un adulto sufre este problema presenta patrones continuos de comportamiento en los que predominan una conducta desobediente y agresiva. Ira, hostilidad y desafío a las figuras de la autoridad son, por tanto, tres rasgos clave de este trastorno que también se manifiesta a través de:

- La imposibilidad de integrarse en un entorno con unas normas básicas. Es típico de las personas que sufren ODD su incapacidad para permanecer de forma prolongada en el mismo puesto de trabajo o para mantener sus relaciones personales.

- Baja tolerancia a la frustración y pérdida frecuente de la paciencia.

- Cambios notables de humor, con predominio de la irritabilidad.

- Definirse a sí mismos como personas rebeldes cuando en realidad tienen problemas evidentes para adaptarse a la vida familiar, social y laboral.

- Nula responsabilidad personal. No se sienten culpables por ninguno de sus actos.

- Desafían constantemente leyes o reglas establecidas.

- Se ven a sí mismas como personas incomprendidas y con frecuencia manifiestan su enfado con el sistema y toda figura de autoridad. De hecho se defienden implacablemente cuando alguien les dice que han hecho o se han comportado de forma incorrecta.

- Culpabilizar a los demás por sus errores y mala conducta.

- Uso frecuente de la violencia verbal así como conductas adictivas y violentas.

¿Cuáles son las causas de este trastorno?

Los expertos señalan tres factores clave que influyen en la aparición de este trastorno:

- Por un lado, la predisposición genética. Se ha comprobado que en las familias en donde uno de sus miembros es diagnosticado con este trastorno hay más posibilidades de que otros tengan también algún problema conductual.

- También es clave el estilo de la crianza. En aquellas familias donde no se ha aplicado un mínimo control parental ni se ha enseñado a los niños a discernir entre lo que está bien y lo que está mal, es más que probable que no se desarrolle el respeto hacia las figuras de autoridad ni gestionar aquellas situaciones en las que se debe mostrar un mínimo de obediencia.

- Y por último estaría el entorno o ambiente ya que los comportamientos oposicionales y desafiantes pueden verse reforzados a través de la atención de los pares y de una disciplina contradictoria de otras figuras de autoridad, como los maestros.

¿Puede tratarte este trastorno en la edad adulta?

Las principales vías de tratamiento para el trastorno de oposición desafiante en personas adultas incluyen:

1. Psicoterapia individual

La psicoterapia individual suele emplear, como en la mayoría de los trastornos mentales, el enfoque cognitivo-conductual para aumentar la capacidad del paciente de resolver los problemas que se le puedan presentar, sus habilidades de comunicación y su gestión de la ira.

2. Terapia familiar

La terapia familiar es muy útil para los niños pero también con los adultos. Esta opción terapéutica tiene como objetivo hacer que la familia introduzca los cambios para que el paciente empiece a gestionar mejor su agresividad y comportamientos desafiantes.

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