¿Cómo se produce el orgasmo? Este es el proceso por el que ocurre y los factores que pueden hacer más difícil alcanzarlo

El orgasmo es sin duda uno de los procesos más importantes de todos los que comprende la sexualidad humana. Se trata de una de las sensaciones más placenteras (al menos, a nivel físico) que puede experimentar un ser humano, e implica la descarga de toda la tensión sexual acumulada durante la fase de excitación.

A pesar de ello, lo cierto es que es mucho lo que desconocemos sobre sus mecanismos y su función biológica. De hecho, no ha sido hasta hace relativamente poco que la ciencia médica se ha interesado por comprender el orgasmo en profundidad.

¿Cómo se produce el orgasmo?

Sí esta claro que el orgasmo es en esencia una respuesta a una estimulación, que habitualmente aúna estímulos psicológicos, auditivos, visuales, etc. por un lado (excitación sexual, requerida en la mayoría de los casos para poder alcanzar el orgasmo) y táctiles centrados en los genitales. Sin embargo, en casos más raros se puede producir con sólo alguno de estos estímulos o incluso con la estimulación táctil de partes del cuerpo diferentes de los genitales.

En cualquier caso, lo que es más difícil es definir el proceso que lleva hasta el orgasmo. Para ello se ha propuesto una serie de modelos de respuesta sexual por etapas, entre los que el más aceptado es quizás el de Master y Johnson, que divide la respuesta sexual en fase de excitación, meseta, resolución orgásmica y período refractario.

La fase de excitación, según este modelo, 'prepara' el cuerpo para el orgasmo: es el momento en el que se produce la erección del pene y la lubricación vaginal e hinchazón de la vulva..

La fase de meseta acentúa estos cambios, con aumento del ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea, aumento de la lubricación vaginal, agrandamiento de la areola de los pezones, erección del clítoris, lubricación del pene y agrandamiento de glande. En esta fase es en la que tiene lugar el grueso de la estimulación táctil (masturbación o relación sexual).

A continuación se produce el orgasmo propiamente dicho, que consiste en una sensación de placer intenso y una serie de contracciones involuntarias en el área pélvica (en el pene, provocan la eyaculación; en las personas con vagina, ayudan al ascenso del esperma hacia el útero).

Finalmente, se produce el período refractario, en el que el cuerpo vuelve a un estado de reposo y deja de responder a nuevos estímulos. Suele ser más largo y pronunciado en los hombres que en las mujeres.

¿Por qué a algunas personas les cuesta más alcanzar el orgasmo?

Son bastantes los factores que pueden dificultar la llegada al orgasmo. Por ejemplo, en las mujeres (en las que esta dificultad se denomina anorgasmia), esto puede ocurrir por factores ginecológicos (sensibilidad disminuida en el clítoris o la vagina), funcionales (estado de salud general pobre, falta de ejercicio en la musculatura del suelo pélvico, escaso conocimiento del cuerpo por parte de la propia mujer o de la pareja...) psicológicos (estrés, ansiedad, depresión, actitudes o ideas negativas hacia el sexo o la masturbación, autoexigencia, vergüenza...) o farmacológicos (el consumo de alcohol, tabaco, determinadas sustancias ilegales, ansiolíticos, antidepresivos...).

En el hombre, por su lado, esta dificultad (orgasmo masculino inhibido) puede deberse igualmente a anomalías genitales (menor sensibilidad en el pene), afecciones de distinto tipo (especialmente cardíacas), problemas psicológicos (ansiedad, depresión) y al uso de sustancias como alcohol, ansiolíticos o antidepresivos. 

En estos casos, la mejor manera de atajar el problema pasa por consultar a un especialista para que pueda evaluar el caso concreto e identificar las causas, y en su caso prescribir el tratamiento que proceda. Con todo, también es importante recordar que la sexualidad humana no se limita al orgasmo, ni este es el único objetivo en la relación sexual.