Familia

Salud mental en Navidad: Cómo afrontar los conflictos familiares y tener la fiesta en paz de una vez por todas

Una familia celebra la cena de Nochebuena
Getty Images

Quedan pocos días para que llegue la Navidad y, por ende, la cena de Nochebuena a los hogares de España y luego, claro está, la de Nochevieja. Época de celebraciones con una marcada tradición familiar que, sin embargo, puede llegar a generar un auténtico malestar en la salud mental de algunos de los comensales, lo que se puede ver reflejado en forma de nerviosismo, tristeza, tensión, ansiedad o incluso irritabilidad.  A todo ello hay que sumarle que existen casos en los que se dispara la fobia social o el miedo constante e injustificado ante situaciones, que pueden dar lugar al examen y juicio por parte de los demás, como son las reuniones familiares u otros eventos sociales.

Esto contrasta con el fin principal de estas festividades que es, sin lugar a dudas, pasar un rato agradable para disfrutar de familia y amigos, aunque no siempre sea así. No son pocos los comentarios acerca de nuestro aspecto físico, lo que puede ser bastante hiriente, especialmente en el caso de aquellas personas que lidian con un Trastorno de la Conducta Alimentaria, lo que se normalmente se acentúa, como es el caso de la bulimia o la anorexia nerviosa, o por el hecho de cómo deberíamos enfocar nuestra vida, casi como un imperativo.

Y es que, haciendo un ejercicio de sinceridad, a quién no le han hecho alguna vez una (o más) de estas preguntas durante las celebraciones navideñas: ¿Cuándo piensas casarte?, ¿has pensado ya en tener hijos?, ¿para cuándo el segundo?, ¿por qué no te cambias a una casa más grande?, ¿y si cambias de coche?, ¿qué tal te va en ese trabajo?, has engordado, ¿verdad? 

Estas son solo algunas de las cuestiones, a menudo fuera de lugar, que pueden hacer que se nos atragante la cena y que en nuestro país responden al término 'cuñadismo'. Este neologismo hace referencia a la mala costumbre de ciertas personas de opinar sobre cualquier asunto que no dominan, actitud que se atribuye por excelencia a los cuñados en las reuniones familiares, lo que se hace aún más latente en las comidas navideñas, en las que los cuñados se enfrentan dialécticamente entre sí cual muflones en celo.

Cómo mantener la salud mental estas Navidades

Un factor principal es que muchos de nosotros estamos acostumbrados a vivir de una manera independiente. Muchos están fuera, se reúnen en esta fecha concreta con toda su familia y, además, pasan días con algunos familiares con los que no están acostumbrados a estar el resto del año. Se reviven historias, conflictos que muchas veces pueden venir incluso de la infancia con hermanos, o cuestiones que no están resueltas con los padres. Y, sobre todo, hay una renuncia a la libertad y a la voluntad y eso genera mucho estrés en la persona.

Ahora bien, ¿cómo afrontar este tipo de situaciones? Vanessa Guerra, experta en comportamiento no verbal y personalidad, con más de 20 años dedicada al trabajo del cuerpo y la comunicación desde un plano físico, mental y emocional, da algunas claves. "Para mí es fundamental que durante esos días en los que vamos a pasar tiempo con la familia busquemos ratos para estar solos". 

A lo que la experta en comunicación no verbal añade lo siguiente: "Solos, pero no solo en soledad: podemos quedar con amigos, salir fuera a hacer otras cosas, airearnos y abandonar por unas horas el foco de tensión, porque eso ayuda mucho a volver y retomar la situación de una manera más neutral, como reseteados. Cuando hay mucha acumulación emocional hay momentos que explosionan y ahí es cuando es difícil de modular y de moderar. Pero si somos cautos y podemos observar que nos estamos acercando a un momento de tensión álgido, podemos tomar distancia, coger aire y volver a incluirnos otra vez en ese grupo.

Además, Vanessa Guerra subraya que "luego hay cositas que desde el punto de vista de la comunicación no verbal pueden ser útiles. Por ejemplo, ocurre con frecuencia que se interrumpe mucho a las personas. Cuando hay un grupo todos quieren hablar a la vez, uno corta al otro, uno menosprecia con una mala frase, un comentario que ha hecho otro... Todas estas formulaciones conducen a un clima de tensión y no amable que genera fricciones. Es básico que practiquemos una escucha activa, que sepamos escuchar al otro y que lo escuchemos con atención además...."

Diciembre, el mes de la felicidad postiza

Todo el mundo está contento con estas fechas, sin embargo, en muchas ocasiones la Navidad es un suplicio, lo que es muy conocida para los profesionales de la psicología. La solución no es aislarse. La tristeza la provocamos nosotros con nuestros pensamientos y con nuestros recuerdos. Sin darse cuenta, en su caso, su mente ha aprendido a estar mal en Navidad. 

Afortunadamente, podemos aprender a estar bien, y eso depende básicamente de cómo afrontemos nuestras emociones y nuestros pensamientos. La primera reflexión es que seamos conscientes que las navidades no son culpables ni responsables de nuestro malestar. Comenta que es una persona con tendencia a la melancolía, pues lo último que puede o debe hacer es darle vueltas a la situación y quedarse en casa rumiando su tristeza. 

Aunque le cueste un mundo, es importante salir, pasear, hacer ejercicio, e incluso llenarse de actividades y de buenos aliados. En este sentido, recuerde que los niños serán la mejor compañía en los momentos de tristeza o nostalgia. Un niño hace milagros con nuestro estado de ánimo.

Recomendaciones para cuidar la salud mental durante la Navidad

  • Si hay una situación en la que sientes que vas a estallar, que estás muy tenso o que puede haber un problema, lo recomendable es salir de la escena. Te vas, tomas aire, hablas con otra persona… y luego vuelves.
  • Lo que hay que buscar no es que el otro se calme o cambie, sino cuál es tu propia conducta y para cuidarme en mi propia conducta tengo que ser consciente de lo que estoy sintiendo.
  • Respirar va muy bien, cambiar el foco del tema del que se está hablando, abrir otro tema para desviar la atención y que entonces también se pueda regular el ambiente comunitario, o aplicar con inteligencia el sentido del humor puede ser una buena estrategia para cortar un momento de tensión y quizás problemático.
  • No sentarse al lado o delante de personas con la que tenga ciertas fricciones o con la que crea que puede haberlas.
  • Mejor con personas con las que te sientas afín porque si te sientes cómodo, vas a saber gestionar mejor la comunicación verbal y no verbal.

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