Medicina

Así es la apnea del sueño, el trastorno respiratorio del sueño más común

La apnea perjudica seriamente la calidad del descanso.
Pixabay/StockSnap

Los trastornos del sueño son más comunes de lo que podríamos imaginar, y tienen efectos muy marcados y serios en la calidad de vida de las personas que los padecen: por ejemplo, en el caso de la apnea del sueño, eleva el riesgo de sufrir un accidente de coche de manera similar a cómo lo hace el consumo de alcohol.

Afortunadamente, una vez que se detectan muchos de ellos se pueden tratar. Lo difícil, en cambio, suele ser el primer paso: que la pareja o la familia sean capaces de identificar estos problemas puede ser decisivo para poder afrontarlos.

¿Qué es la apnea del sueño?

El síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño, o síndrome de apnea obstructiva del sueño, es un trastorno respiratorio del sueño consistente en episodios de obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño. Es decir, durante un breve tiempo, se interrumpe o disminuye considerablemente el flujo respiratorio de la persona afectada.

Estas pausas duran unos segundos o incluso algún minuto, tras lo cual la respiración normal se restablece: sin embargo, los episodios se producen entre 5 y 30 veces por hora.

Se trata de un problema que repercute muy negativamente en la calidad del descanso de los pacientes afectados, por lo que puede conllevar una gran afectación en la vida diaria y un impacto negativo a nivel psicológico, biológico y socio-laboral.

Las causas del trastorno pueden ser variadas. En las apneas obstructivas, se produce una relajación en la musculatura de la garganta que provoca que las vías respiratorias se cierren. El cerebro, detectando esto, despierta brevemente a la persona para que pueda abrirlas; no obstante, este despertar no suele recordarse.

En las centrales, por el contrario, es el cerebro el que deja de enviar señales a los músculos respiratorios.

¿Cuáles son sus síntomas?

En cualquier caso, los principales signos de la apnea del sueño son episodios de cese de respiración durante el sueño (detectados por otra persona), los ronquidos fuertes (que se producen cuando la respiración se reanuda), jadeos durante el sueño, sequedad en la boca al despertar, cefaleas matutinas, insomnio e hipersomnia durante el día (somnolencia excesiva).

Las apneas del sueño, además, pueden causar otros síntomas de diverso tipo, como problemas de concentración, irritabilidad, fatiga, cambios de humor, disminución de la libido, depresión, hipertensión arterial y problemas cardíacos, diabetes tipo 2, síndrome metabólicos, complicaciones al tomar anestesia o medicamentos sedantes o problemas hepáticos.

Por otro lado, también pueden afectar negativamente a personas de nuestro entorno: por ejemplo, las personas que comparten cama con un afectado por apnea del sueño podrían experimentar dificultades para descansar por los ronquidos, y quienes sufren apnea del sueño tienen una probabilidad aumentada de sufrir accidentes automovilísticos. 

¿Cómo se trata?

En los casos más leves de apnea del sueño, simplemente adoptar una serie de hábitos (evitar dormir bocarriba, perder peso, evitar fumar...) puede suponer una importante mejoría).

En instancias más graves, puede ser necesario recurrir a opciones como la presión positiva continua en las vías respiratorias (técnica que consiste en colocarse una máquina que ejerce presión con aire en las vías, manteniéndolas abiertas), dispositivos bucales (similares a férulas, abren las vías desplazando la posición de la mandíbula), administración de oxígeno durante el sueño o, incluso, varias alternativas quirúrgicas en función del tipo de apnea y las características del caso.

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