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EEUU falla en su regreso a la Luna 50 años después: un problema deja a la sonda Peregrine sin combustible

Ilustración del módulo de aterrizaje Peregrine.
Astrobotic Technology

Ayer, el cohete Vulcan Centaur de la empresa United Launch Alliance despegó desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos) con el módulo de aterrizaje lunar comercial Peregrine a bordo para regresar a la Luna tras más de 50 años del último alunizaje de EE.UU. Como parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS, por sus siglas en inglés) de la NASA, dicha hazaña de Astrobotic Technology es el primer lanzamiento robótico comercial a la superficie de la Luna que transporta múltiples experimentos, instrumentos científicos y cargas útiles de demostración tecnológica para la NASA y otros clientes.

Pero además de la carga para la agencia espacial estadounidense, relacionada con el programa Artemis, el cohete Vulcan Centaur partió también con muestras de ADN de los expresidentes de Estados Unidos George Washington, Dwight D. Eisenhower, John F. Kennedy y Ronald Reagan, así como restos incinerados de actores de la serie Star Trek y sus creadores para la compañía privada Celestis con destino al "espacio profundo".

No obstante, más allá de la carga útil transportada, estaba previsto que Peregrine aterrizase en una región de la cara oculta de la Luna —conocida como Sinus Viscositatis— para estudiar la exosfera lunar, las propiedades térmicas y la abundancia de hidrógeno del regolito lunar, los campos magnéticos y el entorno de radiación. Sin embargo, una serie de problemas con el sistema de propulsión impidieron que Peregrine aterrizara correctamente en la superficie del satélite.

¿Qué ha pasado con el módulo de alunizaje Peregrine?

En un principio, la nave espacial Peregrine experimentó una anomalía que le impidió apuntar sus paneles solares de manera estable al Sol, además, enfrentó una serie de problemas de suministro energético para llegar a su destino. Por consiguiente, ambos inconvenientes provocaron que el módulo de aterrizaje no pudiese continuar con su misión porque no se lograron cargar las baterías, debido a que se produjo una anomalía que impidió a Astrobotic Technology lograr una orientación estable hacia el Sol.

Tras la aparición de este hándicap, dicha empresa espacial afirmó que Peregrine se estaba quedando sin energía para llegar a su destino, sin embargo, el equipo de Astrobotic Technology ejecutó una maniobra improvisada para reorientar los paneles solares hacia el Sol. Aunque después de esa maniobra, la nave espacial entró en un periodo de pérdida de comunicación y todo apuntaba a que no se podía continuar con la misión por no mantener un suministro de energía estable.

Pero cuando todo apuntaba a salir mal, Peregrine empezó a recargar sus baterías al reorientar sus paneles solares al Sol para recobrar la comunicación que había perdido.

En un principio, Astrobotic Technology reiteró que este fallo podría estar relacionado con un problema dentro del sistema de propulsión, lo cual representaría una amenaza para la capacidad de la nave espacial de realizar un aterrizaje suave en la Luna.

Cuando todo estaba solucionado, Peregrine vuelve a fallar 

Pese a solucionarse los anteriores problemas, el módulo Peregrine afrontó un nuevo fallo que le impedía aterrizar suavemente en la superficie de la Luna, a pesar de que intentó estabilizar el fallo en el sistema que causó dicha pérdida crítica de propulsor.

Por lo tanto, tras el cúmulo de obstáculos y las falsas esperanzas de que todo saliese según lo previsto, al final, Astrobotic Technology abandonó su meta de llegar a la Luna con Peregrine porque dicho módulo de aterrizaje tan solo tenía 40 horas de combustible, lo que no le ha permitido llegar a su destino planeado para el 23 de febrero.

Como hemos mencionado anteriormente, el módulo tenía por delante un viaje de 46 días para llegar a la superficie lunar y convertirse en la primera nave estadounidense en alunizar desde 1972, pero ante dicho desenlace, aún tendremos que esperar un tiempo a que este acontecimiento ocurra de nuevo.

De momento, Astrobotic Technology espera que "si los propulsores pueden continuar funcionando", creen "que la nave espacial podría continuar en un estado estable de orientación durante aproximadamente 40 horas más según el consumo actual de combustible". De esta manera, podrán acercar al módulo Peregrine "lo más posible" a la Luna antes de que pierda potencia.

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