La nave InSight de la NASA tiene los días contados: no puede recargar su batería por el polvo y la arena de Marte

La NASA llevó a cabo la misión Insight, que para el que nunca haya oído de hablar de ella, se trata de la colocación de un robot geofísico equipado con herramientas de alta tecnología para estudiar el subsuelo, la temperatura y los reflejos de Marte.

Su aterrizaje se produjo de forma exitosa el 26 de noviembre de 2018 y al parecer, debido al polvo y la arena del planeta rojo, las placas solares de la nave se están obstruyendo y esto hace que no sea capaz de recargar sus baterías.

Si esto no se soluciona, esta nave tendrá los días contado y todo debido a la acumulación de polvo que ha provocado que el rendimiento de este dispositivo se haya visto reducido en los últimos meses hasta un 90%.

Para entender esto mejor, si miramos los datos que presentan los conjuntos solares de Insight, cuando aterrizó en 2018, estas placas solares de 2,2 metros de diámetro generaban 5.000 W de energía cada uno.

Actualmente, estas placas solares han reducido tanto su actividad debido a la acumulación del polvo que apenas son capaces de generar diariamente 500 W y esta cifra, está previsto que siga bajando con el tiempo.

Por tanto, el futuro de Insight irá en decadencia hasta el punto de que con la llegada del módulo de aterrizaje en Elysium Planitia, será tanto el polvo que se deposite que estos niveles bajaran hasta su completa inutilización a finales de año.

Ante esta situación, el Control de la Misión ha pedido que el módulo de aterrizaje bloquee el brazo en una postura de retirada y de esta forma, se podrán seguir registrando los temblores de Marte durante al menos unos meses más.

La previsión es que en el mes de septiembre de este año, Insight acabe apagándose por si solo y apenas será capaz de enviar alguna imagen de manera ocasional. Será ya en el último mes del año cuando definitivamente la nave dejará de funcionar por completo.

El final de Insight llega después de que la nave haya sido capaz de completar su misión principal además de haber notificado sobre datos de gran relevancia del planeta rojo como el terremoto más potente detectado hasta ahora fuera de La Tierra de magnitud 5.

Con todo este panorama, la NASA pone una última esperanza en la posibilidad de que un viento fuerte despeje la suficiente cantidad de polvo como para que siga funcionando, pero lo cierto es que esta posibilidad es cada vez menos probable.

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