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Otra cápsula rusa vuelve a fallar en la Estación Espacial, aunque Roscosmos afirma que "nada amenaza la vida y salud de la tripulación"

El carguero Progress MS-21 llegó el pasado octubre a la EEI con 2,5 toneladas de agua, alimentos y combustible.
Mark Garcia vía NASA

La agencia espacial rusa Roscosmos informó este fin de semana que su cápsula de carga Progress MS-21, acoplada a la Estación Espacial Internacional (EEI), había sufrido una pérdida de hermetismo. Según afirmaban, el fallo no ponía en riesgo a los astronautas que actualmente se encuentran en la plataforma orbital.

"La escotilla de la nave está cerrada, así que la Progress MS-21 está aislada del resto de la EEI -tranquilizaba Roscosmos en un comunicado oficial-. La temperatura y presión a bordo de la estación está dentro de la norma". Por lo tanto, "nada amenaza la vida y salud de la tripulación".

El carguero ruso comenzó a formar parte de la EEI en octubre del año pasado, cuando se encargó de transportar 2,5 toneladas de agua, combustible y alimentos para los astronautas de dentro. Según la agencia, este había sido el lanzamiento espacial número cien que había resultado ser un éxito desde octubre de 2018.

Sin embargo, las noticias de la fuga refrigerante de Progress MS-21 hace dudar de los controles de calidad de Rusia. Hay que recordar que este no es el primer problema de este tipo que Roscosmos tiene: a finales de 2022 algo similar pasó con la cúpula Soyuz MS-21 que, según contaron, se debió al impacto de un micrometeorito.

El final de la estancia de Progress MS-21 en la EEI estaba programado para el 18 de febrero. A pesar del inconveniente, la intención es que su reingreso en la atmósfera de forma controlada se efectúe tal y como estaba previsto. Sin embargo, puede que tarde unos días más, puesto que deberán tomar imágenes con el brazo robot de la plataforma orbital y, así, evaluar los daños y el posible origen de la fuga.

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