Retiario

El futuro oscuro

t800

El ejército británico analiza el futuro para anticipar las amenazas contra las que deberá enfrentarse. Y descubre que el mañana será complicado y peligroso, repleto de riesgos aterradores. Armas de pulso electromagnético capaces de borrar de un plumazo toda información digital en un entorno, como una ciudad, para 2035. Armas de neutrones con las que eliminar toda vida humana dejando edificios e infraestructuras intactas, especialmente útiles para la limpieza étnica 'extrema'. La aparición de robots en los campos de batalla. El uso de armas biológicas, químicas o nucleares en ataques terroristas. 'Chips' implantables en el cerebro capaces de conectar a la persona con redes de comunicación que permitirán la convocatoria de 'flashmobs', multitudes instantáneas, con fines nefandos... Ninguna tecnología que la ciencia ficción más despabilada no haya previsto, con creces, hace décadas ya. Aunque serán nuevos y hoy impensables desarrollos los que más desestabilicen.

Los militares tienen fama de prepararse para la guerra anterior, y las predicciones sobre el futuro desempeño de sistemas de armas han sido habitualmente risibles (en vísperas de la Segunda Guerra Mundial los tanques parecían cosa de risa y los acorazados eran invulnerables a los aviones). Otros apartados de la bola de cristal del ejército británico, en cambio, dan más miedo. Cosas como el creciente poderío del islamismo radical, con la posibilidad real de termine por hacerse con Arabia Saudí, la reserva mundial de petróleo; la posible radicalización de las clases medias y la aparición de conflictos entre comunidades en las megaciudades; el ascenso militar de China e Irán, templados por presiones democráticas internas; los cambios demográficos que aumentarán el poderío de Oriente Medio y reducirán el europeo... El terrorismo seguirá siendo una táctica común, con la posibilidad de que se desarrolle una internacional terrorista con objetivos diferentes pero métodos similares y apoyo mutuo. El cambio climático y la presión demográfica sobre los recursos provocarán nuevas tensiones. En términos simples pequeños grupos de personas tienen hoy poderes que eran hasta hace poco privativos de grandes multinacionales o gobiernos estatales. Y eso tiene consecuencias buenas, y también malas. Los militares británicos parecen dispuestos a prepararse para las malas. El resto también debiéramos hacerlo, porque el futuro oscuro es también el nuestro.