Retiario

No manipularás ADN

Rembrandt

La Iglesia Católica se moderniza; tradicionalmente despacio, pero se moderniza. Dentro de esta carrera hacia el presente la jerarquía vaticana ha hablado de remozar el clásico listado de los pecados más importantes, añadiendo unas cuantas infracciones nuevas a la voluntad de dios castigadas, en principio, con el Infierno eterno. Algunos de los nuevos pecados no dejan de ser curiosos, como la injusticia económica y política, que de haber entrado en vigor antes hubiese condenado a millones de católicos que deben hollar hoy el Paraíso gracias a este retraso. Otros parecen obvios, como que la agresión a la creación de la divinidad en forma de deterioro ambiental deba castigarse con la máxima pena. Y por fin otros tienen que ser producto de la ignorancia o el error, como es considerar pecaminosa en sí misma la manipulación del ADN. Condenando así al fuego eterno a miles de científicos que manipulan ADN todos los días en su investigación. Los pecadores.

La ingeniería genética consiste en una serie de técnicas para introducir genes en el genoma de seres vivos, y para activarlos o desactivarlos a voluntad. Una aplicación posible de estas técnicas es introducir con rapidez y precisión genes ajenos con el fin de proporcionara un ser vivo cualidades nuevas, reemplazando al tradicional método de la crianza selectiva, mucho más lento e impreciso. La creación por estos procedimientos de seres vivos trangénicos es considerada una abominación por muchos (desde ecologistas a luditas, pasando por algunas confesiones religiosas), ya sea por el peligro de contaminacion de los genomas naturales, por el temor a efectos secundarios imprevistos o por una generalizada repugnancia ante la idea de modificar seres vivos. En muchos casos esta repugnancia tiene bases religiosas; siempre es profundamente conservadora, en el sentido de opuesta al cambio, y en ocasiones bordea el rechazo de la tecnología misma o del modo de vida de occidente. Pero éste no es el único uso de la ingeniería genética. Mucho más habitual es emplear estas técnicas para analizar la función de genes concretos en los seres vivos. El dónde, cuándo y en qué orden se activan los genes determina todo el funcionamiento de los seres vivos, desde su nacimiento, durante todo su crecimiento y hasta su muerte. La manipulación de ADN es así una herramienta más de investigación científica, una forma de aumentar el conocimiento que tenemos los humanos sobre el Universo de lo vivo. ¿Permitirá la Iglesia Católica investigar a los científicos que usan esta técnica como herramienta, o les condenará como contrarios a la ley divina? Y si es así, ¿aceptará la práctica, dentro de 360 años?