Emprendimiento

El 'boom' de la moda digital: por qué las grandes marcas venden ropa que no puedes vestir en la vida real

Balenciaga colaboró con Epic Games para diseñar una colección en Fornite.
Epic Games

La producción textil es uno de los sectores más contaminantes del mundo. Según el Parlamento Europeo, se necesitan aproximadamente 2.700 litros de agua para fabricar una camiseta, “suficiente agua potable para una persona durante dos años y medio”.

La industria textil es una de las más contaminantes del mundo.
Parlamento Europeo

A causa del fast fashion de empresas como Shein o Inditex, este problema se ha agravado hasta convertirse en una industria responsable de casi el 20% de la contaminación mundial de agua potable y genera un 10% de las emisiones mundiales de carbono. Además, medio millón de toneladas de microfibras acaban cada año en los océanos.

Ante este inconveniente, existe una alternativa más sostenible que permite crear outfits para postearlos en redes sociales sin necesidad de comprar tanta ropa física: la moda digital.

¿Qué es la moda digital?

La digitalización ha venido para quedarse y para formar parte de casi cualquier aspecto de nuestro día a día. Muchos usuarios se compran prendas de vestir pensando únicamente en que sean ‘instagrameables’ sin tener en cuenta lo que esto supone para el medio ambiente.

Por suerte, existe una alternativa que podría hacer que dejásemos de lado el fast fashion y apostásemos por el slow fashion. La moda digital es una opción mucho más respetuosa con la Tierra, pero que permite que podamos seguir postureando en redes sociales.

Gracias a ella, los usuarios pueden comprar ropa no tangible y ‘llevarla’ a través de realidad aumentada o con fotografías alteradas digitalmente. Actualmente, estas prendas son bastante comunes en los avatares de videojuegos, pero se están empezando a ver en desfiles o vestuarios en los metaversos.

"La crisis de la covid-19 y los periodos de confinamiento han acelerado las experiencias del consumidor medio con el mundo digital y han sofisticado las narrativas virtuales de las marcas de moda y lujo, que han encontrado en lo audiovisual un aliado de gran impacto comercial y emocional -apunta para 20BITS Laura Suárez, profesora de Sociología de la Moda y Directora del Máster en Diseño y Dirección de Moda de IADE Escuela de Diseño-. Fashion films, gamings, streamings, apps inmersivas… Todo ello forma parte de una apuesta de la industria de la moda por lo digital como medio que dura ya varios años".

Según la experta, la siguiente fase sería que lo digital se convirtiese en una alternativa a lo físico, con prendas digitales, influencers y modelos virtuales, avatares personales 3D...

Ana Álvarez Ruiz, profesora de Patronaje y Diseño Digital 3D en IADE Escuela de Diseño, señala para 20BITS que la moda virtual ayudan a diseñar con un "menor impacto medioambiental". Ella dice que esta opción permite que los diseñadores y empresas desarrollen "muestras digitales de las prendas sin tener que realizarlas de manera física. Así disminuyen tanto los tiempos de producción y comercialización, como el consumo de materiales y recursos".

Marcas que apuestan por la moda digital

A principios de este año, varios raperos amenizaron el descanso de la Super Bowl. Entre ellos se encontraba Mary J. Blige que, nada más terminar su actuación, puso a subasta su look en formato NFT.

La vestimenta de la artista había sido diseñada por Peter Dundas, que se había encargado hace dos años del vestuario que llevó Shakira en la Super Bowl de 2020. Para su creación digital, el diseñador noruego colaboró con DressX, una de las compañías más innovadoras en lo referente con la moda virtual.

Además de empresas especializadas, grandes marcas de lujo también se han subido al carro de la moda digital. Algunos ejemplos son Valentino y Marc Jacobs, que presentaron sus colecciones en Animal Crossing, o Balenciaga y Louis Vuitton que han dejado ver varias prendas a través de otros videojuegos.

Por su parte, Gucci se encargó de diseñar skins (prendas digitales) para Pokémon Go. Asimismo, abrió un Gucci Garden temporal en Roblox, una plataforma de videojuegos en la que se llegó a vender un bolso virtual por 4.000 dólares. En Roblox, también se puede comprar ropa de H&M.

Otra marca que ha presentado diseños para el mundo digital es Dolce & Gabbana, que debutó con una colección de prendas NFT a la que llamó Unvilling Collezione Genesi. Esta colección constaba de 9 prendas en total y se vendieron por unos 7 millones de euros.

Moda digital en España

Las prendas virtuales no solo se ven en el extranjero. Aquí, en España, existen marcas que ya han empezado a trabajar con este sector de la moda tan incipiente. Una de ellas es La Tecnocreativa, que complementa la moda digital con las técnicas más tradicionales.

“No hay buen diseño sin equilibrio entre la moda analógica y digital, porque se trata de expandir el conocimiento tradicional con softwares de visualización hiperrealista, explicaba Isabel Basaldúa, cofundadora y directora creativa de la compañía, para Elle. Al igual que ocurre en la vida real, Basaldúa comenta que las prendas virtuales sirven para marcar la identidad de los usuarios en los espacios digitales.

Basaldúa afirma que la moda digital “debe estar al alcance de todos”: “Estamos creando una casa de moda descentralizada con la que vestir a los ciudadanos del metaverso y crear una industria de moda más creativa, igualitaria y sostenible”.

El futuro de la moda digital

Lo que ahora solo unos pocos consumen, muy pronto podría convertirse en algo más habitual de lo que pensamos. Mark Zuckerberg apuntaba el año pasado que los avatares serán tan comunes como hoy lo son las fotos de perfil, pero en lugar de ser una imagen estática, serán representaciones en 3D de los usuarios”.

Estos avatares en tres dimensiones representarán a personas reales, con una identidad y unos gustos a la hora de vestir muy marcados. Los usuarios que quieran sentirse representados con sus versiones digitales deberán comprar moda virtual acorde a su manera de vestir.

Danush Shetty, gerente de producto de 22 años de San Francisco, habló para el medio de comunicación Vice que la moda digital era más barata y fácil de comprar que la ropa real. Al principio le resultaba extraño, pero luego sintió que era algo más ético y que le permitía seguir publicando en Instagram.

“Por lo general, cuando compras ropa, debes considerar tu tipo de cuerpo, cómo se vería en fotografía y, a veces, qué tan ética es la ropa –comentaba el usuario-. No tengo que preocuparme por ser ‘demasiado grande’ para la moda digital o si se hizo en una fábrica donde explotan a gente”.

Suárez considera que "no es descabellado pensar que, en unos años, pueda pasar con la moda digital algo similar a lo ocurrido con el prêt-à-porter con respecto a la alta costura: un relevo progresivo en la manera de vestir, de moverse e incluso de vivir el propio cuerpo, indicador todo ello de un cambio más amplio y transversal en la mentalidad (ético-política, sexual, mediambiental) de las nuevas generaciones. Ya sea física o digital, la moda, en ambos casos, seguirá siendo real".

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