Inteligencia artificial

La última polémica de Sam Altman: una empresa que quiere escanear nuestro iris para distinguirnos de los bots

Sam Altman
Skitterphoto via Pixabay / OpenAI

Sam Altman es el director ejecutivo de OpenAI, pero más allá del famoso ChatGPT, también es el responsable de la empresa criptográfica Worldcoin, una entidad que quiere registrar el iris como marca biométrica para ofrecer una suma de dinero en forma de token. Es decir, cada usuario recibirá 20 tokens por el simple hecho de confirmar su identidad.

Para lograr su objetivo, la empresa utilizará un identificador biométrico para que las personas interesadas escaneen el iris en uno de los múltiples puntos de registro que tiene la compañía –concretamente, los 'orbes' son unas piezas de hardware construidas por Tools for Humanity–. Además, aunque Worldcoin haya recibido una financiación de 115 millones de dólares en una reciente ronda de financiación, ha generado ciertas preocupaciones en lo que respecta a la privacidad.

A pesar de los inconvenientes relacionados con la seguridad, la compañía de Sam Altman cuenta con casi dos millones de usuarios que han registrado su iris bajo la condición de recibir unos tokens que podrían ser una ayuda económica en el futuro.

Por otro lado, el objetivo de Worldcoin no sólo está centrado en la economía, debido a que Xataka informa que "la idea está ligada a OpenAI. Más del 50% de la población mundial carece de una identidad humana verificable. En la era de la inteligencia artificial donde la línea entre lo que es real y lo que no es bastante difusa, esta prueba cobra aún más importancia". Por consiguiente, Worldcoin podrá diferenciar a los humanos de los bots.

Pero, ¿qué pasa al final con la privacidad?

La acción de escanear la retina de millones de personas es un proceso muy intrusivo, y aunque WorldID asegura que estos escaneos se destruyen cuando los datos se han procesado, Edward Snowden (consultor tecnológico estadounidense) muestra cierto malestar en su perfil de Twitter.

Ante dicha afirmación, la política de privacidad promete que las imágenes del 'orbe' se "eliminan rápidamente a menos que la persona que se registre lo solicite explícitamente", aunque por defecto, el único dato personal que se envía es un mensaje con una representación numérica de las características más importantes de la imagen para validar el escaneo del iris.

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