iPad 10 (2022): la renovación y mirar al iPad Air le sientan bastante bien a la última generación

Las evoluciones entre dispositivos traen mejoras y depuraciones, pero a menudo manda el continuismo (como suele ocurrir con los móviles), con la falta de sorpresa que implica. Por ello el usuario agradece que los cambios generacionales traigan alicientes, como es el caso del iPad 10, definido por una renovación que le sienta bastante bien.

Apple lanzó por sorpresa los nuevos iPad y iPad Pro en octubre de 2022. El modelo base entraña un incremento de precio respecto al iPad de novena generación, hecho justificado por los avances establecidos. Parte de los 579 euros en la configuración de 64 GB y en la versión Wi-Fi. 20Bits ha probado la de Wi-Fi + Cellular con 256 GB, que cuesta 979 euros.

Estoy bastante acostumbrado al iPad Air de quinta generación, presentado en marzo de 2022 y que uso a diario, y el iPad 10 me ha seducido también porque precisamente en su renovación mira hacia el Air, como se manifiesta en un diseño ahora similar. A pesar de la circunstancia, ambos se mueven en distintos escalones. La diferencia de 190 euros en cualquiera de las versiones resalta el estatus superior del iPad Air, con el chip M1.

Pequeñas diferencias aparte, el iPad 10 y el iPad Air 5 lucen plasmaciones casi calcadas. El nuevo iPad ha adoptado más colores, saliéndose del gris y plateado de antes al poder optarse por el rosa, el azul o el amarillo. El factor de las tonalidades, el cambio estético de la cámara y los detalles de la parte de arriba y la inferior dan como resultado traseras idénticas. Se nota que lo ha tomado también como referente en el frontal, con la seducción del marco por fin más refinado y la desaparición del clásico botón circular para el Touch ID.

En posición vertical, el sensor Touch ID se ubica en la parte superior derecha. A diferencia del Air, viene sin conector magnético para el Apple Pencil. El grosor del Air es menor (0,61 cm, por algo se denomina así), si bien el iPad 10 lo reduce al pasar de 0,75 cm a 0,70 cm. En consonancia, se torna más ligero: 477 gramos en la versión con Wi-Fi y 481 gramos en la de Wi-Fi + Cellular (antes 487 y 498 gramos, respectivamente). El iPad Air pesa 461 y 462 gramos.

Además de en el tema del diseño, las novedades significativas del último iPad respecto al iPad 9 residen en la entrada en escena de la conectividad 5G, el aumento de la pantalla (esta vez de 10,9 pulgadas) y en la sustitución del conector Lightning por el USB-C. En lo relativo al chip, mejora al integrar el A14 Bionic en lugar del A13 Bionic. El rendimiento se adscribe a lo fluido, aunque no deja de pensarse en que los de Cupertino podrían haber apostado por uno menos antiguo y más ambicioso. No hay que olvidar que es el chip de los iPhone 12…

El magnetismo fluye por la plasmación general y por la calidad de visualización de la pantalla Liquid Retina de 10,9 pulgadas (antes de 10,2) con tecnología IPS, de base la misma que la del iPad Air, la cual no obstante contempla extras. El sonido de sus altavoces estéreo, de los que sorprenden para bien, contribuye a la experiencia.

La cámara frontal, una ultra gran angular de 12 MP, se dispone en horizontal. Entra en el terreno de lo correcto, como ocurre con la cámara trasera, una gran angular de 12 MP. Ya se sabe que las tabletas se usan más para llamadas online que para tomar fotografías, y en su cauce rebajado respecto a un móvil las imágenes no defraudan.

Funciona según iPadOS 16 (va por la versión 16.2) y, en cuanto a la autonomía, aguanta hasta 9 horas de navegación en la versión de Wi-Fi + Cellular. En general no da motivos para la queja. Apple incluye en la caja el cable USB-C y el cargador de 20W. La velocidad de carga responde a lo esperado en un iPad.

La pega con el Apple Pencil

20Bits ha probado el iPad 10 con dos accesorios, el teclado (Magic Keyboard Folio, con un precio de 299 euros) y el mencionado Apple Pencil (119 euros). Este es el de primera generación y no el de la segunda como en el caso del iPad Air, la que hubiera sido preferible. La contemplada supone tener aparte un adaptador de USB-C (10 euros) para solventar, en el momento de la carga del lápiz, que el Apple Pencil 1 se rija por el conector Lightning.

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