Samsung Galaxy Z Flip4: el estiloso móvil plegable de bolsillo vuelve a seducir

La gama alta Samsung desprende estilo y refinamiento, unos aspectos que lucen potenciados en sus plegables Flip. El Galaxy Z Flip4 ratifica la cuestión y vuelve a seducir así como a señalar que la compañía surcoreana es el referente en cuanto a smartphones con pantallas flexibles.

Samsung dio en la diana con sus dos conceptos de plegables: el Fold, de apertura cual libro y que al abrirse viene a convertirse en una tableta, y el Flip, de tipo concha y tamaño bolsillo, rasgo en el que reposa el atractivo que entraña. Sus nuevas versiones se presentaron en el Galaxy Unpacked veraniego y salieron de manera oficial a la venta en España el 26 de agosto.

El Z Flip4 cuesta 1.099 euros en la configuración de 8 GB + 128 GB, 1.159 euros en la de 8 GB + 256 GB y 1.279 euros en la de 8 GB + 512 GB, opciones a las que hay que sumar la Bespoke Edition (1.199 euros, 8 GB + 256 GB), enfocada a las combinaciones de colores.

El éxito en la plasmación tecnológica explica que para esta generación de plegables Samsung haya apostado por el continuismo. El Galaxy Z Flip4, con las lógicas mejoras que introduce cada modelo, es en la práctica bastante similar al Z Flip3. La evolución sí fue más marcada en el paso del Z Flip original al Z Flip3 (hay que recordar que no hubo Flip2) como indicaron los cambios en la distintiva minipantalla para las notificaciones y añadir widgets al gusto, mejor aprovechada.

El nuevo representante sigue por tanto la línea reconocible, falta de sorpresa compensada por su carácter seductor. El factor de bolsillo lo hace muy apetecible, y su depurado diseño hace el resto. Los colores están muy bien elegidos (20Bits lo ha probado en púrpura) y la zona oscura diferenciada para las cámaras y el pequeño panel le otorga de nuevo un sugerente toque.

Al tacto, el acabado resulta bastante agradable y el teléfono depara comodidad tanto plegado como al tenerlo abierto en la mano y manejarlo. Pesa 187 gramos, algo más que su predecesor (183 gramos). Las dimensiones se han reducido un poco y el grosor abierto y cerrado se mantiene (6,9 mm y 17,1/15,9 mm).

De primeras, como suele ocurrir, al desplegarlo da un cierto miedo, si bien como se comprueba la bisagra es de total garantía en términos de resistencia, detalle que enlaza con la sensación premium que transmite el dispositivo por los materiales empleados, en especial por sus marcos de aluminio. El pliegue central en el panel indicativo de su condición flexible se nota cuando está apagado, según los reflejos y al pasar el dedo por encima, circunstancia que no importuna en absoluto y que después casi se olvida. Es de esperar que con el tiempo la tecnología plegable depure todavía más la cuestión.

La minipantalla de la cubierta, una SuperAmoled una vez más adscrita a las 1,9 pulgadas, vuelve a dar juego y a despertar curiosidad. En todo caso, su recorrido en cuanto a personalización y posibilidades reside lógicamente en lo que favorece su condición de plegable, en las formas de ver y usar apps, lo que Samsung denomina Modo Flex (Flexcam cuando intervienen las cámaras), ya que la interfaz se adapta a la posición elegida. Es un mundo en sí mismo que se va potenciando y que con cada uso se va descubriendo, como con los Flip previos.

Junto con el diseño, la pantalla exhibe lo sobresaliente del Galaxy Z Flip4. Repiten el factor Dynamic Amoled 2x, las 6,7 pulgadas y la tasa de refresco adaptable de 120 Hz, y la experiencia incluso cautiva más que antes, con el brillo como elemento clave al respecto. El sonido estéreo ofrecido constituye un buen complemento para estas sensaciones.

Lo reconocible se materializa asimismo en las dos cámaras traseras, con una principal con estabilización óptica de imagen (OIS) y una ultra gran angular (campo de visión de 123 grados) de 12 MP. Sin maravillar, los resultados fotográficos y de vídeo se corresponden con la calidad esperada. También en lo relativo a la cámara frontal (en la pantalla) de 10 MP, aunque haya ocasiones en las que, cuando no hay mucha luz, desconcierte un poco. Del apartado, Flexcam aparte, llaman la atención pequeños detalles como el de crear un segundo obturador (presionando el presente) y ponerlo en el lugar deseado de la zona de imagen.

Mejora en batería

La batería da un salto al subir de los 3.300 mAh a los 3.700 mAh, capacidad que se traduce en una mayor autonomía. La carga rápida mejora levemente y se instala en los 25W, rango de velocidad no obstante insuficiente si se tiene en cuenta lo habitual. Samsung prioriza otros aspectos en detrimento de la carga rápida. Se entiende, si bien cuidar más este tema redondearía las sensaciones que transmite el móvil. Cabe recordar que, por compromiso medioambiental, la marca aplica de nuevo la decisión de no incluir el cargador en la caja.

El Galaxy Z Flip4 viene con el Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1 de fondo (conectividad 5G), el procesador estrella por el que se decantan en este tramo del año los fabricantes (primero fue el 8 Gen 1) para dotar de rendimiento a sus smartphones premium. Opera con One UI 4.1.1 según Android 12. Samsung promete actualizaciones para cuatro versiones de Android.

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