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Ana Milán: "Tenemos la obligación de ver lo bello que nos rodea porque, si no, se nos va la vida pagando hipoteca"

Ana Milán, en la presentación de la segunda temporada de 'By Ana Milán', en el FesTVal de Vitoria.
GTRES

La actriz Ana Milán vuelve a interpretarse a sí misma en la segunda temporada de By Ana Milán, comedia que mezcla realidad y ficción, anécdotas de la propia actriz aderezadas. Destila humanidad y cercanía y eso motivó que Movistar+ encargara una segunda tanda de capítulos, que podrán verse desde el próximo 5 de septiembre.

¿Qué veremos en la segunda temporada de By Ana Milán? El tono continúa, tiene que ver con la vida, con los amigos, con el amor, con el desamor, con las broncas… con todas esas cosas que nos ocurren a todos en la vida. Es uno de los secretos de la serie, que funcionó como un tiro porque todo el mundo se sintió identificado y decía "es que a mí me ha pasado eso". Claro que hemos dejado, nos han dejado, nos hemos peleado con un amigo…

¿Hay moraleja? Que son cosas que pasan en la vida y que forman parte de ella, porque nuestra vida no puede ser perfecta. Una de las claves de la segunda temporada es que en la vida pasan cosas y que depende de como te las tomes vas a estar más o menos tiempo sufriendo.

¿Para cuántas temporadas da la vida de Ana Milán? Para unas 120 temporadas, pero lo mismo son muchas. Si son capítulos largos, lo dejamos en 110 (risas).

¿La vida de una actriz es más surrealista que la de cualquier otra persona? Depende de dónde mires. No creo que la profesión te marque tanto, que marca, porque no es lo mismo ser monja de clausura que actriz, está claro. Pero hay un tipo de mirada, que no depende de la profesión sino de la persona, que te permite ver con más humor todo lo que te pasa y yo la tengo.

¿Se nos escapa ese surrealismo por no saber mirar? Se nos escapa casi siempre. Uno de los grandes dones que nos da la vida y que podemos cultivar es la capacidad de reírnos de nosotros mismos.

¿Lo ha entrenado usted? Bueno, hasta hartarme. A veces me lo tengo que volver a recordar, porque es fácil caer en el victimismo, pero trato de transformar lo que me pasa en un “ya nos ha pasado otra cosa, ya la contaremos”.

Pero depende de cómo se cuente… Claro, porque puedes contar la misma anécdota desde la tristeza, desde la víctima, desde el “oh, Dios mío, todo me pasa a mí” o lo puedes contar desde el humor y con toda la gracia del mundo. Y así es bastante mejor.

Destaque uno de los capítulos, por favor. El principio y el final del primer capítulo me parecen una barbaridad. Fue algo que escribí en un coche. Abrí notas en el móvil y empecé a escribirlo como si fuera una vomitona, como en una necesidad y se ha quedado tal cual lo escribí.

¿Alguien de su entorno le ha pedido no salir o le ha dicho que le cambie mucho para no ser reconocido? Al contrario, los que no salen están ofendidísimos. Todos han reclamado cameos y participación.

Incluso más de uno le habrá recordado alguna borrachera o similar, ¿no? Sí, aunque borracha no, porque solo he estado borracha una vez en mi vida y no lo volveré a repetir porque me parece el horror.

Dice usted, rebelde, que ‘sólo’ y ‘guión’ tienen que llevar tilde, en contra de lo que dice la RAE… Es que ¿estamos locos? La misión de la RAE es ilustrarnos, no eliminar la ilustración y eliminar una tilde que hace que una palabra no signifique lo mismo independientemente del contexto en el que esté, porque a veces ambas palabras son válidas en el mismo contexto. ¿Por qué nos complican la vida?

Estoy escribiendo una novela y al hablar con las editoras les decía que voy a acentuar ‘sólo’ y ‘guión’ y que no lo corrigieran. Y me dijeron que así se haría y que no soy la única. Somos la resistencia.

¿Las anécdotas que vive ahora están marcadas por la fama? No, al contrario. Tienen que ver más con el día a día que todos tenemos por delante. Con la fama a veces pasan, pero se repiten.

¿Ese día a día no se ve muy modificado por ser famosa? ¿No evita ir a sitios? Yo no evito nada y la gente suele ser simpática y educada. Es raro encontrarse con alguien a quien se le vaya la pinza. También es verdad que hace tantos años que soy conocida que estoy muy acostumbrada. Forma parte de mi día a día y de mi normalidad. Si alguien quiere una foto o saludarme no me molesta.

¿En cualquier momento? Puedes estar en un restaurante en una cena romántica o intentando consolar una amiga y en ese momento te vienen peor las interrupciones, eso también. Pero es verdad que cuando tienes momentos íntimos la gente se suele cortar bastante. La gente es maravillosa.

¿Cómo es interpretarse a sí misma? Es como interpretar un personaje. Trabajo a Ana como si fuese un personaje. Cuando estoy escribiendo hay muchas cosas que tienen que ver con mi vida y son más accesibles porque las he vivido, pero el trabajo como actriz es el mismo. Si tengo un mal día y estoy interpretando que estoy en una fiesta no me puedo dejar llevar por la Ana real. Cuando estoy hablando de la serie y hablo de mi personaje hablo de Ana en tercera persona.

¿Y cómo es verse? ¿Se ve diva o se saca defectos? Casi siempre me disfruto y de vez en cuando digo “uy, ahí podría haber estado mejor”. No soy una actriz que se sufra y no pueda verse porque se encuentra llena de defectos. Cuando me cruzo con compañeros así les digo que se monten una mercería porque sufrir tanto cada vez que se trabaja es un coñazo.

Ese balance de disfrutarse contra las pegas, ¿ha ido cambiando con los años? Siempre me disfruté, siempre me hizo ilusión verme. Siempre junto a los amigos para los estrenos y lo brindamos. Soy muy disfrutona de la vida, cualquier momento es bueno para brindarlo todo.

Estudió periodismo, pero acabó siendo actriz, ¿por qué? Yo que sé… no sé si fui hacia la profesión o si la profesión vino a por mí. También de eso trata el primer capítulo de la segunda temporada. Creemos tenerlo todo bajo control, pero en realidad pocas cosas importantes de la vida las hemos decidido nosotros. La vida está viva, las cosas no pasan solo por nuestro deseo, hay cosas que se nos escapan y somos afortunados porque sea así, la vida nos guarda sorpresas. Quizá tenga que ver ser periodista y ser actriz, porque al final estás contando cosas.

¿Tenemos que dejar de pelearnos con la vida, es mejor fluir? No sé si es mejor fluir, pero que tenemos que dejar de pelearnos y vivir con angustia, de compararnos con otros, de prestar atención a lo que no tenemos, seguro. Prestamos poca atención a lo que tenemos. Abrimos el regalo de eso que nos hacía ilusión y lo colocamos en el armario y nos vamos corriendo a buscar otra cosa. Somos mucho más felices de lo que creemos y tenemos más suerte de lo que pensamos. El mundo está revuelto y las noticias nos cuentan noticias terribles que hay que conocer, porque es el mundo en el que vivimos, pero tenemos la obligación de ver todo lo bello que nos rodea. Si no, se nos va la vida pagando hipoteca, IBI, currando y teniendo miedo.

Habla de regalos, en lo material, ¿qué tiene en su casa que se llevaría si hubiera un incendio? La foto de boda de mis padres.

¿Y los premios, dónde los tiene? Los tengo en casa, apoyando libros… supongo que donde todo el mundo. Suena a demagogia barata, pero no lo es: el premio es el público. No hay semana que no tenga un premio que adoro que es cruzarme por la calle con alguien que me mira, me reconoce y me sonríe. Esa gente no se imagina lo que significa para mí.

Pero si le dan un premio… Que los premios están guay. Estoy nominada a los Premios Iris como Mejor Actriz y ojalá me lo den. Está Candela Peña, Michelle Jenner… las dos tienen muchos, que me lo den a mi que lo voy a brindar un año entero (risas).

¿Se entrena la cara de cuando no se lo dan, la cara de no pasa nada? Si, claro, supongo que hay que respirar hondo… pero es que a mí se me nota todo en la cara. Y si no me lo dan se me notará que no estoy feliz (risas).

La comedia es drama visto desde fuera, ¿en eso el desamor es el motor más potente? A mí el desamor me parece de las mayores putadas que te pueden pasar. En el amor ponemos un montón de expectativas, al amor se va con todo, o por lo menos hablo de mí. Y cuando una historia que querías que funcionara no funciona duele en un sitio muy específico y hay que respirarlo hondo. Y no hay pastilla, no hay remedio ni consejo que lo arregle, más que el pasar de los días.

No sé si es un motor de la comedia, pero sí lo es para la creación. Los grandes literatos han escrito bajo los efectos del dolor emocional. Necesitas vaciarte y afortunado el que puede hacer arte por eso.

Redactor '20minutos'

Redactor especializado en Televisión, Cultura y Espectáculos, con 19 años de experiencia. Locutor, colaborador televisivo y actor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la CEU. He escrito guiones de cómic de humor, así como blogs sobre realities, además de en otros campos como la Historia y Fuerzas Armadas.

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