"He nacido siendo una friki, mi pasatiempo favorito es pasarme un par de horas todas las tardes bailando pop coreano sola en mi habitación", afirmó Beatriz a su llegada a First Dates este miércoles.
Carlos Sobera fue el encargado de recibirla a las puertas del restaurante del amor, donde la murciana le contó que "soy una auténtica apasionada de la cultura asiática, dibujo anime y quiero, en un futuro, vivir en Osaka".
Beatriz le contó al presentador que sí se había enamorado varias veces, pero nunca había sido correspondida: "Tengo mucha envidia de mi mejor amiga que lleva seis años con su novio, ¿por qué yo no puedo experimentar eso?", se preguntó.
Su cita fue David, un jardinero de Pinto y que, al igual que ella, estaba deseoso de conocer y experimentar el amor: "A ver si me toca de una vez", admitió. En su presentación, el madrileño confesó que era muy tímido e introvertido.
Bastante nerviosos, ambos pasaron a la mesa para conocerse mejor y descubrir si, además de coincidir en su afición por lo oriental y el k-pop, tenían algún futuro como pareja.
La velada fluyó sin problema, ya que los dos coincidían en absolutamente en todos los temas de conversación que iban surgiendo. "Es justo lo que estaba buscando", reconoció Beatriz
"Nunca había tenido tantas cosas en común con alguien. David es agradable y bonico, como se dice en Murcia", añadió la joven sobre su pareja de la noche.
Beatriz y David fueron poco a poco cogiendo confianza y así comenzaron a charlar sobre temas más personales como su orientación sexual. El madrileño se declaró 100% heterosexual, mientras que la murciana comentó que era bisexual.
Esto les llevó a abrirse aún más el uno al otro, y el jardinero reconoció que la de First Dates había sido la primera cita de su vida. Ella, por su parte, afirmó que "me llaman antigua por no haber tenido nunca relaciones sexuales".
El postre eligieron tomarlo en la intimidad del reservado, parecía claro que habían conectado por completo y, muertos de vergüenza y, a la vez, muy ilusionados, se dieron un pico.
"Yo le hubiera dado un buen morreo, pero él estaba tan nervioso", comentó Beatriz. La decisión final fue evidente, ambos coincidieron en que querían, "sin duda alguna", una segunda cita juntos.
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