Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Carlos Boyero y la crítica vieja de la vejez de Jodie Foster

Carlos Boyero criticando a Jodie Foster por su físico en 'True Detective'.
Carlos Boyero criticando a Jodie Foster por su físico en 'True Detective'.
Cadena Ser
Carlos Boyero criticando a Jodie Foster por su físico en 'True Detective'.

A Boyero no le ha gustado la cuarta temporada de True Detective. "No me interesa ni la intriga ni el suspense ni los personajes", ha sentenciado a Carles Francino en La Ventana de la SER. Sin embargo, mientras el crítico divaga frente al micrófono va asomando la cultura machista que reduce a las mujeres a ser eternamente jóvenes. Aunque eso sea imposible.

"Mira que quiero yo a Jodie Foster y aquí no me gusta ni verla ni oírla. Está como avejentada... Es que ya es muy mayor, pero digamos que hay gente que envejece de una forma y otra de otra. Y a mí, aquí, yo creo que hay planos que la maquillan para que esté más fea", explica. Un veredicto hueco, atrapado en aquella testosterona del cine clásico que impedía a las estrellas de Hollywood envejecer. Ellas no podían crecer como las mujeres de la calle, de los barrios, de la sociedad. Ellas debían estar perfectas. O lo que se presupone que es "estar perfecta", que no roza ninguna perfección. Más bien, "sumisión". 

Pero Jodie Foster en la cuarta entrega de True Detective pone piel y cabeza a la detective Liz Danvers, una mujer real, vivida, curtida, de vuelta. Su personaje es como tantas de su edad. Orgullo de edad. Con sus arrugas, con su cansancio en la mirada. Identificable, hasta comprendiendo sus antipatías. 

Muchos matices, pero Boyero se queda en el término "avejentado", aunque intente recoger cable al percatarse de lo añojo de su reflexión. Él, que tiene 70 años, intentando derribar un papel porque la actriz no cumple sus deseos de telegenia en cámara. Él, con su rostro anciano, sentenciando la vejez. Y sentando cátedra sobre que en la historia enmarcada en  Alaska existen gentes "diversas" de una manera "forzada" cuando lo que era "forzado" era aquellas ficciones con todos los personajes cortados por un mismo patrón monolítico y ajeno al lugar donde se desarrollaba la trama. Su excusa para denostar una serie es que muestra personas reales, vamos. Personas que existen y que no siempre veíamos en la pantalla.

Pantalla en donde a los hombres se les permiten las canas y las arrugas, incluso al propio Boyero, y a las mujeres se les sigue cuestionando su madurez. Les gustan de niñas, pero a partir de una edad o interpretan un papel de una abuela que sólo hace de abuela, como si eso existiera -amigos, las abuelas son también personas completas-, o se quedan fuera de la industria. No Jodie Foster, que aquí interpreta a una detective. Y la interpreta poniendo en el centro las emociones de su personaje y no atrapada en el patrón de las expectativas de la belleza que necesitan los señores que reivindican vestirse por los pies. La sociedad evoluciona, pero no todos evolucionan con su sociedad. Los cascarrabias, menos.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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