Conchita, la poligrafista de 'Sálvame', se ofrece para ayudar a Tamara Falcó con Íñigo Onieva: "A mí es imposible mentirme"

Durante todo el tiempo que Sálvame Deluxe estuvo en emisión, Conchita Pérez fue uno de los rostros más conocidos dentro del programa. Con el polígrafo como herramienta de trabajo, la de Zaragoza destapó numerosas informaciones sobre los miles de famosos que se sentaban con ella, erigiéndose como la voz de la verdad. 

Sin embargo, desde que Viernes Deluxe desapareciese de la parrilla de Telecinco, la poligrafista ha estado alejada de la televisión, si bien ha continuado trabajando en su gabinete privado, donde realiza sesiones a particulares con un coste de 375 euros. Un precio "muy ajustado" teniendo en cuenta que le dedica "mucho tiempo". 

Tanto es así que, tal y como ha reconocido en una entrevista que ha concedido a la revista Lecturas, mucha gente le da "propinas de agradecimiento" después de sus servicios. Y es que Conchita, a sus 71 años, se siente en plena forma para seguir ejerciendo como poligrafista e, incluso, está abierta a regresar a la televisión. "Espero que salga algún proyecto, me encanta la tele", ha expresado. 

Asimismo, la que fuera directora de una empresa petrolífera y de un hotel de carretera ha hablado sin tapujos de algunas de sus anécdotas más impactantes de su longeva trayectoria en televisión. Entre ellas, algunos recuerdos no tan positivos. "José Manuel Parada me decepcionó", ha reconocido la maña sobre aquellos famosos que "mentían para lavar su imagen ante el público". "Chelo lo pilló con un chico joven y él negaba la evidencia". 

Y es que no hay ninguna mentira que se le escape a una máquina tan sofisticada como el polígrafo, cuyo precio ronda los 18.000 euros y, según ella misma ha asegurado, "duran unos dos años". "A mí es imposible mentirme", ha sentenciado. 

Pero, tal y como ella misma ha explicado, el polígrafo es además "una herramienta para saber comportamientos del pasado sin testigos", entre ellas, posibles infidelidades. Por ello, ante la posibilidad de ayudar a Tamara Falcó cuando tuvieron aquel problema antes de la boda, lo tiene claro: "Me habría encantado pasarle el polígrafo a Íñigo Onieva".