El humorista conocido como Quequé, Héctor de Miguel, ha sido condenado por la Sección Duodécima de la Audiencia Provincial de Madrid a pagar 41.800 euros al periodista Alfonso Rojo por haberle insultado cuando presentaba La vida moderna en la Cadena Ser. 

"Se estima sustancialmente la demanda interpuesta por ALFONSO ROJO LÓPEZ, contra CADENA SER (Sociedad Española de Radiodifusión, S.L.) y D. HÉCTOR DE MIGUEL MARTÍN, declarando tal intromisión ilegítima en su honor de las manifestaciones vertidas en el Twitter, Cadena SER y Youtube", dice la sentencia. 

Además, la resolución obligaba a Héctor de Miguel a borrar de todas las redes sociales y soportes "las expresiones objeto de la presente demanda, absteniéndose en lo sucesivo de difundir total o parcialmente el contenido de las referidas publicaciones en cualquier medio del grupo empresarial".

La resolución judicial imponía una severa indemnización por daños contra el humorista y la Cadena Ser, "en la suma de 41.800 euros, así como al abono de los intereses legales desde la interpelación judicial". 

La condena llega por frases como "no reírse de los subnormales ni de Alfonso Rojo, por favor", además de otros muchos insultos vertidos en supuestos chistes durante el programa. 

Pero donde llegaron las triquiñuelas de Héctor de Miguel fue en la parte de la sentencia que le obligaba a "la lectura del encabezamiento y el fallo de la presente sentencia en el programa La vida moderna [programa que ya no se emite] o en otro similar de la misma franja horaria de la sentencia, y a su publicación en la red social Twitter del Sr. de Miguel, y en el portal de vídeo Youtube".

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Para acatar la sentencia pero ocultarla lo máximo posible, Héctor de Miguel la publicó en su cuenta de Twitter en un pantallazo con baja resolución, de madrugada (a las 4.29 h) y habiendo cambiado previamente el nombre de la cuenta y la foto de la misma, además de hacer inmediatamente muchos retuits de otras publicaciones para que la imagen de la demanda no estuviera la primera y se perdiera hacia abajo. 

Además, el humorista desactivó los comentarios para la publicación, de forma que nadie podía dejar su parecer sobre ese tuit.