La reciente dimisión de Alberto Oliart como presidente de la Corporación RTVE ha levantado ampollas en el ente público. En primer lugar, por el motivo de su marcha, que el directivo atribuye a motivos "de estricto carácter personal", pero que se produjo tan sólo un día después de que se descubriera una concesión de RTVE a la empresa de su hijo, Pablo Oliart.

Y es que Televisión Española había adjudicado a Telefónica Broadcast Services (TBS), empresa que dirige Pablo Oliart, la cobertura de La mañana de La 1 para la próxima temporada, después de haber rescindido ese mismo servicio a la productora Overon.

Pero también han surgido voces críticas a tenor de la política de RTVE sobre la externalización de servicios. Fuentes del sindicato de RTVE Apli han asegurado a 20minutos.es sobre la dimisión de Oliart: "Es lo que debía hacer, después de lo que ha sucedido, por decoro tenía que irse". La concesión del servicio a la empresa de su hijo "puede ser legal, pero no es normal, ni estético ni moral", aseguran desde Apli.

Hasta aquel momento era Overon quien proporcionaba las unidades terrenas (vehículos dotados de antena parabólica para las conexiones en directo vía satélite). Sin embargo, el Consejo de Administración de RTVE aprobó rescindir ese contrato (en la misma votación que supuso la no renovación del espacio España Directo).

Según denuncian desde Apli, el objetivo de la rescisión era la de cubrir el servicio "con nuestros propios medios", pero finalmente, "en lugar de conseguir que no se externalizara ese servicio lo que se ha hecho es cambiar una empresa privada por otra", al conceder ese servicio a Telefónica Broadcast Services.

Y es que lejos de mejorar, la polémica por el proceso de externalización de los servicios de RTVE parece ser "imparable", en opinión del sindicato.

La no renovación del contrato de RTVE con la productora Mediapro para la realización del espacio España Directo significó un rayo de esperanza para las reivindicaciones de los sectores que piden el aumento de la producción propia del ente público. Pero las nubes han cubierto ese hueco, con el proyecto para la sustitución del espacio ya que "lo que van a hacer es refundir varios programas de producción propia", afirma Apli.

"Si excluyes los informativos, que se hacen con medios propios como dicta la ley, lo que entendemos por programas, son fundamentalmente de productoras", aseguran desde el sindicato, que anima a "repasar el prime time", para ver que "las series no las hacemos nosotros, los concursos en su mayoría no los hacemos nosotros y los programas no los hacemos nosotros".

Pero, ¿es una cuestión económica? ¿Es más barato producir los espacios mediante la subcontratación de productoras?

Para Apli no es así, no existe ahorro: "Si además de contratar a una productora tienes que seguir pagando el sueldo de los trabajadores de TVE no puede ser más barato. Los platós siguen abiertos y los costes no se recortan".

Y si no es una cuestión económica, ¿por qué se sigue contratando fuera la producción?

"En las sedes de Madrid la mayoría de la gente está parada. Hay trabajo pero muy poco, retransmisiones y salidas prácticamente no hay nada", explican fuentes de Alternativa, otro de los sindicatos de RTVE. El propio sindicato aporta una respuesta a la pregunta: "Razones reales no hay. Siempre son justificaciones que se basan en que las condiciones laborales de los trabajadores no son suficientemente flexibles como para competir con el mercado".

Sin embargo, desde Alternativa se preguntan: "¿Cómo vamos a competir con empresas que tienen a la gente trabajando catorce horas por mil euros?".

Ambos sindicatos no dudan en apuntar a que existen intereses fuera de RTVE que llevan a la contratación de empresas externas. "Hay intereses empresariales. Hay personas en la dirección de RTVE sobre las que es difícil saber si juegan con la camiseta de RTVE o con la camiseta de Prisa, de La sexta, etc…", aseguran desde Alternativa.

20minutos.es se ha puesto en contacto con RTVE para recabar su versión de los hechos, así como para que aportara datos oficiales sobre el asunto, sin que haya sido posible.