El emotivo reencuentro entre los aspirantes de 'MasterChef 8' y sus familias tras el confinamiento

Luna, concursante de 'MasterChef 8'.
Luna, concursante de 'MasterChef 8'.
TVE
Luna, concursante de 'MasterChef 8'.

La última entrega que se emitió de Masterchef 8 es la primera que se grabó desde que se decretase el estado de alarma. Como otros muchos formatos, el talent culinario tuvo que cancelar sus grabaciones durante un tiempo y reanudarlas en condiciones especiales: con guantes y distancia social. "La cuarentena me ha pillado realizando mi sueño, no puedo estar más agradecida", reflexionó una emocionada Luna.

Al inicio del programa, los aspirantes contaron cómo habían pasado su particular confinamiento. "Ya nos caemos todos divinamente, no hay rivalidad", dijo Juani. Tanto es así, que pareció que la relación entre Alberto y Luna había avanzado bastante. Según contaron, aprovecharon para practicar mucho técnicas de cocina, en especial durante las dos últimas semanas. 

Algunos se pusieron en forma con la ayuda de Iván, crearon contenido para las redes... y, como el resto de los mortales, echaron de menos a los suyos. El que más sufrió esto último es Michael, que notaba mucho la ausencia de su novio.

"He estado con siete extraños y sin mi marido", se quejó. Lo que no se esperaba este ni ninguno de los demás concursantes es que, durante el programa, podrían ver a uno de sus familiares, aunque guardando las distancias de seguridad correspondientes y, evidentemente, sin tocarse.

Los aspirantes de 'MasterChef 8' se reencuentran con sus familiares

Al hermano de Ana ni siquiera le salían las palabras, mientras que la pareja de José Mari, Marta, contó todas las peripecias que hizo el aspirante para conseguir estar con ella, como enviarle todo tipo de flores, bocadillos, y construirle un castillo con gominolas

Tanto la madre de Albert como el hermano de Luna se mostraron encantados con su relación, y la canaria, muy emocionada, no paraba de decir que su hermano "es la luz en el camino, verle y no abrazarle ha sido el momento más duro de MasterChef".

También lamentaba no poder abrazar a su pareja "ni darle un besito" Michael, que entre risas expresó que Fernando, pues así se llama, era "su macho ibérico". Pero los seres queridos no fueron simplemente a dejarse ver: tenían un papel decisivo en la primera prueba del programa.  

En ella, cada concursante tuvo que preparar un plato de diversas partes del mundo y los familiares, en una cata a ciegas, tendrían que valorarlos e intentar averiguar qué plato había hecho cada uno. Lo que parecía imposible ocurrió, y las novias de José Mari, Andy e Iván eligieron los platos de sus parejas como sus favoritos.

Sin embargo, el plato mejor valorado fue el guiso irlandés de Juani, por lo que se ganó un premio doble. Así, fue una de las capitanas en la prueba por equipos y se llevó también un viaje a Irlanda. La segoviana se mostró muy emocionada, pues ni ella ni su marido "habían viajado nunca".

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