Aunque el festival se llama Eurovisión, la participación en el mismo no se reduce exclusivamente a países europeos. Al mando de su organización se encuentra la Unión Europea de Radiodifusión (UER), una organización internacional de radiodifusoras de servicio público que no tiene nada que ver con la Unión Europea (UE).

Los miembros de la UER se dividen en tres categorías: los miembros activos, asociados y los participantes autorizados. Los primeros abonan una tasa anual, mientras que los dos restantes pagan una suscripción.

Los miembros activos no tienen por qué ser del continente europeo, ya que el Área de Radiodifusión también incluye Asia Occidental y el norte de África. Éstos son los que pueden participar en el festival. Algunos países no europeos, como Israel, Azerbaiyán, Georgia, Marruecos o Libia han participado al menos una vez, ya que pagan su tasa anual correspondiente.

En 2015 participó, por primera vez, un país que no forma parte del Área de Radiodifusión, aunque es miembro activo, Australia. En principio sólo iba a participar ese año, pero en 2016 se confirmó su continuidad. En las tres ediciones ha quedado entre los 1o primeros puestos.

Israel se hizo con el derecho a ser sede de la próxima edición de Eurovisión tras triunfar este año en la celebrada en Lisboa Neta Barzilai, con su tema feminista Toy.

Las autoridades de Israel y la corporación de radiodifusión pública Kan llegaron a un acuerdo para que esta aporte los 12 millones de euros de garantía que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) exige para celebrar en el país la próxima edición de Eurovisión. El pacto se alcanzó solo unas horas antes de expirar el plazo.