Borja Terán Periodista
OPINIÓN

'Eva & Nicole', ensoñación y perturbación a partes iguales

Belén Rueda y Belinda Washington en una escena de Eva y Nicole
Belén Rueda y Belinda Washington en una escena de Eva y Nicole
Atresmedia
Belén Rueda y Belinda Washington en una escena de Eva y Nicole

Las telenovelas turcas se quedan en nada si nos ponemos a indagar en las historias de los años álgidos de Marbella. Aquel tiempo meneaba un cóctel de emociones aspiracionales para unos, perturbadoras para otros: ricos demostrando sus opulencias, vividores friéndose al Sol en yates en donde parece imposible no enamorarse y fiesta, mucha fiesta, de la que se va de las manos. 

La serie Eva & Nicole (Atresplayer) se sumerge en la Marbella de entonces, con la frivolidad que merece y un carácter que puede provocar ensoñación y terror a partes iguales. Creada por Daniel Écija, se inspira en dos mujeres que detentaron el poder de la ciudad de las vacaciones perpetuas. Ellas son Olivia Valere y Regina Zylberberg. Ellas, dos mujeres peleadas. Eso que gusta tanto al machismo intrínseco que llevamos dentro y que se favorecía en la España de los ochenta en la que nos creíamos modernos sin serlo. Suele pasar, cuando no has salido todavía de tu cascarón.

Pero Eva & Nicole va por libre. Por suerte, para Olivia y Regina. Aquí las tramas coquetean en una peligrosa corrupción sin escrúpulos, que deja en nada los viejos dimes y diretes de la prensa rosa. 

Hiba Abouk es Eva. Belén Rueda es Nicole. O lo que Belén Rueda quiera, pues logra que empaticemos con su mirada incluso en lo más esperpéntico de su guerra personal con Eva. Una batalla de maldad tan exagerada que, por momentos, no sabes si es drama, humor o thriller. Probablemente, las tres cosas juntas. Dejémoslo en tragicomedia de amor marbellí, pues. 

Y en este equilibrio, qué esenciales son siempre los secundarios. Eva & Nicole coge aire cada vez que aparece Renata. Belinda Washington tiene ese poder, ya sea presentando o interpretando, contagia una cercanía imparable. Tal vez porque la buena actriz intenta entender más que juzgar a sus personajes y termina aprendiendo que, en la escena como en la vida, siempre hay que impregnar de humanidad hasta lo más insustancial. O eso deberíamos. Nos iría mucho mejor.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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