La recta final de Amor Sobrenatural está siendo muy emocionante. El rodaje del capítulo 7 tuvo muchas y curiosas anécdotas, entre ellas, el hecho de que el director, Rafael Fernández, tuviera que recurrir a algunos amigos para que interpretaran algunos papeles.

La pizzería que hay dejado de su domicilio le sacó de un apuro. Su camarera, Federica, fue 'fichada' para la serie por sorpresa. También llamó a un amigo diseñador, David Pareja, para hacer de argentino.

La escena del nazi, el personaje que interpreta Luis Castro, originó tensión entre algunos inmigrantes que observaban de lejos la grabación: cambiaban de recorrido al ver la esvástica. Cuando el nazi se encaraba con Piolín, un coche se detuvo y amenazó con llamar a la policia.

No mucho antes, los viandantes veían bailar feliz al muñeco hasta que Rafael Fernández apareció con su perra Anais, que comenzó a morderle. Una señora se acercó indignada a Rafael diciéndole que agarrase al perro, que estaba muy mal lo que le hacía "a ese pobre trabajador que estaba vendiendo globos".

La escena del atropello pudo realizarse gracias a la colaboración de un taxista que pasaba por allí. No le importó atropellar el carrito tantas veces como requirió el director, y sin cobrarle un euro. Por otro lado, la librería donde se grabó una de las escenas es realmente un sex shop alternativo.

El problema de grabar en la calle fueron los ruidos: las obras, la gente caminado, las motos, etc. Algunos diálogos tuvieron que repetirse diez veces. Las interrupciones también estaban a la orden del día: una señora se acercó para denunciar un caso de los juzgados de plaza de Castilla, pensando allí había periodistas.