Las anécdotas más animales y desconocidas de 'Crónicas Marcianas', que vive su gran reencuentro este martes

El periodista Xavier Sárdá posa junto a los humoristas que participarán en 'Crónicas Marcianas. El Reencuentro', que se emite este martes.
El periodista Xavier Sárdá posa junto a los humoristas que participarán en 'Crónicas Marcianas. El Reencuentro', que se emite este martes.
EFE/ JJ Guillen
El periodista Xavier Sárdá posa junto a los humoristas que participarán en 'Crónicas Marcianas. El Reencuentro', que se emite este martes.

Cada ciertos años ocurre que un programa da un golpe de timón, cambia la forma de hacer televisión y se convierte en un icono para varias generaciones. Es el caso de Crónicas Marcianas, que se estrenó hace ya 25 años y 18 años desde que se dejó de emitir. 

Este martes 12 a las 22.50 h se emite en Telecinco Crónicas Marcianas. El reencuentro, un especial en el que participan el que fue el presentador de aquel late-night, Xavier Sardá, junto a colaboradores del espacio como Paz Padilla, Carlos Latre, Rocío Madrid, Fernando Ramos, Rosario Pardo, Xavier Deltell, Mariano Mariano, Carlos Latre, Boris Izaguirre, Leonardo Dantés... 

Fue un programa transgresor, gamberro, pionero y excesivo, que hacía audiencias millonarias. De hecho, lo normal en televisión es que, cuando un programa acaba, la audiencia se disperse por otras opciones, pero cuando Crónicas Marcianas acababa "1,7 millones de personas se iban a dormir", hacía ver Xavier Sardá. 

¿Se podría hacer un programa así hoy en día, libre, loco, con desnudos, humor negro...? "Tampoco son tantas cosas las de Crónicas que no se podrían hacer ahora. Era una hora muy tardía. Los striptease a lo mejor es un concepto que ahora no sería llevadero", hacía ver en la presentación del reencuentro Sardá. 

Pero "depende de los profesionales el ejercicio de la libertad", hace ver el presentador. "Ahora soy un señor mayor, de 65 años y no leo jamás nada de ninguna red social, me importan un pito. Hay gente que hace programas y está viendo lo que dice la gente y eso les condiciona. Y a los tertulianos les dicen 'cuidado'. ¿Va a mandar la gente que está poniendo sus opiniones? No estoy de acuerdo con eso", hacía ver.

"Nos llamaban telebasura, pero me he encontrado personas conocidas que me han dicho años después 'cómo me arrepiento de haber sido tan injusto con vosotros en aquel entonces'", contaba Sardá. 

Lo cierto es que cuando el programa acabó, tras 1.277 programas en directo, el anecdotario era casi tan extenso como el número de programas o aún mayor, porque las locuras no terminaban. 

Preguntamos a algunos de los rostros más habituales de Crónicas Marcianas por su anécdota o momento preferido o por el que más les marcó. 

Fernando Ramos.

"En la historia de Crónicas el programa empezaba siempre de la misma manera, con un pequeño resumen de lo que se iba a contar en el programa, una publicidad, la cabecera del programa y de ahí a una cámara que se iba a Sardá para que dijera 'hola, buenas noches'. Sólo un día no se hizo el programa así, que fue el día que recibimos a Tamara y a Margarita Seisdedos en una limousina. Fue un falso directo en el que yo las estaba esperando en la puerta del plató. El público que hacía de fans era el que después iba a ir a plató. En ese momento Tamara era el personaje más popular, con el No cambié, con la madre con el ladrillo en el bolso… fue increíble".

"Creo que sería imposible quedarse con un día, porque en muchos acabábamos diciendo “¿cómo hemos podido salir de ahí?”. Una vez llevamos un tigre y pensábamos 'que no se acerque a Galindo que por tamaño le ve asequible', o teníamos invitados que no podían estar ni en la misma planta…".

Paz Padilla.

"A Sardá me lo encontré en una sala VIP del aeropuerto y me dijo 'te quiero en el programa', y le dije para qué, y me dijo 'no sé, pero ven'", contaba Padilla sobre cómo fue su fichaje.

Ella recuerda cuando fue al programa Ricky Martin. "Me dijeron que no podía tocar a Ricky Martin, que estaba prohibido". "Sardá me dijo que tenía que hacer de profesora de inglés, pero que no podía tocarle, que habían insistido en eso. Pero me metí en el personaje y él me decía 'Ay love you', y yo me volvía loca y le cogí la cabeza y me la metí entre las piernas", rememora. A él le hizo gracia, cuenta la humorista, así que no hubo represalias. 

Ella protagonizó las anécdotas más animales. "Yo tenía lesiones muchísimas. Yo iba con Mariano Mariano en la Mariano Family y él con lo de las muletas siempre decía 'yo no puedo llevar bichos' y todos los bichos me tocaban a mi. Un día llevaba una pedazo de Iguana, que me hizo zas en el brazo y me hizo un socavón que me tuvieron que poner todas las vacunas que había. Otro día iba con un reno, porque habíamos pedido un Renault y nos había traído Santa Claus un reno y el reno hizo así y me encalomó los cuernos. Otra vez una serpiente constrictor ahogándome en directo o era la niña del exorcista y me tiraba encima del público o partía vasos y me hacía cortes… hubo un antes y un después físicamente (risas)".

Rosario Pardo.

"Yo recuerdo un momento que no sé si fue el más grande, pero me marcó. Fue un día que teníamos que ir a recoger el premio Ondas y Javier no quería ir y en maquillaje y peluquería uno de los peluqueros dijo “ay, pues mandad a Rocío Jurado” y tuvimos el morro de recoger el premio Ondas yo disfrazada de Rocío Jurado y hablando como ella. Y ya sabes que los premios son como muy serios y aquello fue un impacto. Rocío Jurado estaba viéndose en su casa y de pronto dijo 'Ay, José, pero como voy a estar ahí si estoy aquí'. Fue muy heavy".

Mariano Mariano. 

"Crónicas Marcianas no tenía techo, pero en cuando estaba Operación Triunfo en plena ebullición tuve a David Bisbal, a David Bustamante, a Chenoa y a Rosa en el plató y no sabía qué hacer con ellos y los tiré al suelo y me puse a hacer gimnasia con ellos. Lo pasábamos muy bien, me encantaba transgredir de esa manera. Y hay algo que la gente no recuerda, pero al principio de Crónicas Marcianas yo me iba a la casa de la gente a merendar, sin avisar, llamábamos y decíamos que éramos de Telecinco y que íbamos a merendar y nos dejaban pasar y ahí nos contaban sus cosas. Ni había techo ni nos lo marcábamos", afirma. 

Xavier Deltell.

"Hacíamos unos encuentros con el público e hicimos uno en Valencia que tenía que venir la gente a una plaza con un sombrero como si fueran la Duquesa de Alba. Lo anunciaron de lunes a jueves y fuimos el viernes. Me enviaron a un cámara y a mi, y pensábamos que irían 15 o 20 personas y allí te juro que había como 2.000 personas. Y allí el cámara y yo solos, es la primera vez que sentí pánico. La gente estaba de buen rollo, pero no había seguridad ni nada. Me cogí un taxi y me fui al otro extremo de Valencia, acojonado perdido. Luego lo fuimos intentando controlar y acabó haciéndose", rememora. 

Xavier Sardá. 

El momento cumbre, cuando ya no se podía mejorar, fue "el último día", según bromeaba el presentador. "Hubo muchos momentos con la sensación de que teníamos entre manos un equipo humano y un grupo de comunicación que nos había dejado aprender a hacer el programa. Empezamos a ligar el humor a todo y nunca decíamos adiós a nadie si no habían entrado ya los siguientes. Yo los disfraces no los quería ver… en una ocasión estaban Mariano Mariano y Paz Padilla vestidos de chinos en un restaurante chino porque eran decoradores de restaurantes chinos. Y les dije 'pero si todos los restaurantes chinos son iguales', y ellos cabreados, explicando los tipos de dragones que había…". 

Rocío Madrid.

"Hubo tantos momentos increíbles que no sabría con cuál quedarme. El momento en el que robábamos a los triunfitos cuando salían de su plató y los metíamos al nuestro era maravilloso. O momentos de venir grandes estrellas… cuando Will Smith me comió la boca o cuando le hice un bizcocho a Woody Allen y se fue con el bizcocho y diciéndome adiós… y yo pensaba que qué momentazos de la vida me daba ese programa. Yo intentaba ser cauta y no me favorecía porque Sardá nos pedía que nos volviéramos locos, que dijéramos lo que se nos pasara por la cabeza. Me arroparon mucho, aprendí rápido y empecé a disfrutarlo. La Roci Mesa, que era mi sección muchas veces se grababa y luego me veía en casa. Un día decía en casa 'hoy, aunque no os lo creáis, viene una señora que se va a enroscar una bombilla en la vagina y le va a dar un botón que tiene en el pezón y la bombilla se enciende'. Y mi chicho, Ángel, decía 'pero qué dices, sí claro, eso no se puede emitir'. Y se emitía. Una Maravilla. Crónicas era un festival de variedades que iba desde lo más serio, político o trascendental del momento a lo más frívolo, más sexual o más cerdo y todo tenía su momento y te captaba la atención de igual manera".

Carlos Latre.

A este imitador y humorista le ficharon por iniciativa propia. Lo cuenta el propio Sardá. "Estaba en la FNAC de Barcelona, tomando un café y apareció Latre con 19 años y me dijo que si podía hacerme una entrevista. Le dije que no y empezó a imitar a los colaboradores de Crónicas de ese momento. Yo no sabía si deshacerme de él violentamente o contratarle", contaba divertido. 

Latre, por su parte, recuerda que cuando "llegó Gran Hermano y Operación Triunfo cambió la forma de hacer televisión y nosotros cambiamos la forma de hacer Crónicas Marcianas y la audiencia casi se multiplicó por dos. A nivel social fueron momentos a recordar los grandes acontecimientos, como el de las Torres Gemelas o el No a la guerra. Ahí se desmostraba que el programa estaba muy vivo. Para mí, personalmente mis momentos de explosión fueron el 'quién me pone la pierna encima' de Jorge Berrocal, la Becaria Bea, por cariño y sobre todo, la Pantoja de Puerto Rico".

Isra Álvarez
Redactor '20minutos'

Redactor especializado en Televisión, Cultura y Espectáculos, con 19 años de experiencia. Locutor, colaborador televisivo y actor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la CEU. He escrito guiones de cómic de humor, así como blogs sobre realities, además de en otros campos como la Historia y Fuerzas Armadas.

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