Laura Madrueño comentó al principio de la gran final de Supervivientes All Stars que estaba un poco entristecida: "Ahora sí es el final, que el equipo y yo llevamos aquí, en Honduras, casi desde Navidad". 

Pero el final era ya inminente e inevitable, por lo que la joven tuvo que dar paso al apagado de la palapa, una ceremonia muy emotiva. "Este gran templo de piedra, fuego y agua se convirtió en testigo de toda la edición", explicaba Madrueño en el emblemático lugar.

"Mi mayor agradecimiento es para las más de 200 personas que, hace más de cinco meses, dejaron sus vidas a 9.000 kilómetros para hacer algo irrepetible", dijo entre lágrimas. "Gracias a todos por seguir este viaje", añadió.

El sentimiento cercano entre los compañeros del programa se vio reflejado en las palabras de Madrueño. "Me habéis hecho sentir una auténtica privilegiada", se dirigió al equipo. "Nos hemos convertido en una gran familia y habéis dado sentido al programa más complicado".

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Laura también hizo partícipe al público dentro de su relato: "Esperamos haberos emocionado, haberos hecho reír y llorar. Gracias por contar con nosotros". Ya con el peso de toda la emoción, Laura echó a llorar para la última despedida: "Supervivientes sois todos, ahora sí, volvemos a casa".