Los concursantes de Supervivientes, divididos en Playa Olimpo y Playa Condena, se enfrentaron a un nuevo juego de localización y a un cambio inminente entre los equipos por la diferencia de integrantes de cada equipo tras el abandono de Zayra Gutiérrez por motivos médicos.
Además, hubo un motivo más para la nueva organización. "Había desigualdad de condiciones físicas", explicó Laura Madrueño, algo que había quedado claro en los juegos de recompensa.
La mecánica fue simple. El programa se encargó de emparejar, según las condiciones físicas de cada uno, a los concursantes. "Cogeréis un bambú cada uno y saldrá la punta roja o azul, ese será vuestro equipo", advirtió Madrueño a los concursantes, siendo todo azar.
Claudia Martínez se mostró muy preocupada: "No quiero que me separen de Mario [su pareja]". Además, la organización emparejó a Claudia y Miri, por lo que se separarían en grupos diferentes tras su pelea por los celos de Claudia hacia su compañera.
Finalmente, la pareja tuvo suerte y cayeron en el equipo rojo, al igual que Rubén Torres, Aurah Ruíz, Arantxa del Sol, Pedro García Aguado, Arkano y Carmen Borrego. Por otro lado, en el equipo azul se encontraron Gorka, Miri, Blanca Manchón, Rocío Madrid, Ángel Cristo, Javier Ungría y Kike Calleja.
Tras el juego de localización, fue el equipo azul el que consiguió la mejor playa, Playa Olimpo, y el resto debió marcharse a Playa Condena, con peores condiciones.
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