Los concursantes de Supervivientes recibieron una fantástica noticia por parte de Carlos Sobera durante la noche del martes. "Cayo Paloma es la antesala de la gran final, que es inminente", aseguró el presentador al inicio del programa.
De esta forma, Sobera les explicó a los chicos y chicas que tenían dos minutos para hacer la última mudanza: "Lo que no os dé tiempo de coger, se queda allí. Y esta vez, para siempre". De esta forma, quedó claro para el público -no para los concursantes- que la final sería el martes 18 de junio.
Consiguieron coger todas las pertenencias, incluso las brasas del fuego dentro de un cazo. Llegaron a Cayo Paloma, donde solo Blanca Manchón había estado durante su destierro en su primera expulsión, junto a Kiko Jiménez y Laura Matamoros.
La emoción de los concursantes se podía palpar. No dejaron de abrazarse y celebrar la última ubicación. "¡Esto es muy fuerte!", aseguraba Blanca Manchón. "Aquí resurgí y estoy aquí de nuevo", añadía la sevillana.
"Estoy muy orgulloso tanto de mí, como de mis compañeros. Creo que tenemos que disfrutar cada momento de lo que quede", opinó Arkano. "Aquí estáis los privilegiados", les dio la enhorabuena Sobera, antes de cortar la conexión.
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