![Luis de la Fuente en rueda de prensa.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/uploads/imagenes/2024/07/15/luis-de-la-fuente-en-rueda-de-prensa.png)
"A toda persona que trabaja, que se deja la piel, la vida te da recompensa. Si trabajas y eres honesto, eres honrado, si das todo lo que tienes, la vida siempre te devuelve algo nuevo". Lo ha dicho el seleccionador nacional Luis de la Fuente en plena rueda de prensa tras ganar la Eurocopa, como lo podría haber comentado cualquier artista en pleno fervor del éxito. Porque hay frases que las hemos escuchado tanto que han calado hondo y que terminamos repitiendo como elegante comodín de la llamada. Todos.
Aunque, en realidad, sean una gran mentira, como le han hecho ver a Luis de la Fuente usuarios de las redes sociales. De hecho, este tipo de expresiones suelen despertar más frustración que otra cosa, pues puedes ser una persona honesta, talentosa y esforzada y, sin embargo, que la vida no te regale ni un mísera palmadita en la espalda.
El deporte y la televisión hasta ahora han estado plagados de estas manidas expresiones de mal libro de autoayuda que, al final, reproducimos como loros, sin pensar demasiado: "los sueños se cumplen", "dándolo todo llegarás a donde tú quieras", "si quieres, puedes". Estamos rodeados de este tipo de proclamas que se olvidan de que la vida no depende exclusivamente de nuestros actos. Somos consecuencia también de otras circunstancias, propias y ajenas. Incluso somos fruto de las casualidades.
No al que más se esfuerza le salen las cosas mejor, incluso dependiendo de la familia en la que hayas nacido te tendrás que esforzarte más o menos, aunque por supuesto la constancia, el aprendizaje y el intentarlo es vital para evolucionar siempre. La vida es así de contradictoria.
Con coletillas como "la vida siempre pone a la gente en su sitio" sólo se termina culpabilizando a la propia gente. Pero si no te va bien, la culpa no tiene que ser exclusivamente tuya. No sólo somos resultado de nuestro esmero, también de otras vicisitudes. La propia Vero Boquete reflexionó sobre ello en la retransmisión de RTVE: se puede jugar en excelencia como esta selección y que el resultado no sea justo. Por suerte, este año lo ha sido.
El problema de fondo es que venimos educados en una cultura en la que, desde pequeños, se nos ha invitado a pensar que el sufrimiento nos llevará a una especie de premio final. Quizá de esta manera, pensando en justicias poéticas y meritocracias utópicas, se hacen más digeribles y más esperanzadores los vaivenes de hacerse mayor.
Aunque, al final, para crecer mejor también deberíamos atrevernos a asumir que la vida no es justa y que en ella no sólo se hace lo que uno quiere, sobre todo hacemos lo que podemos. Que no es poco.
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