Lleva con orgullo el ser el primer actor con síndrome de down que aparece en una serie española desde Médico de familia, en 1999. Luis Miguel Astorga, conocido por sus compañeros de reparto como Luismi, forma parte del elenco de la ficción Sin identidad, que se emite en el prime time de los martes en Antena 3. En esta, encarna a Carlos, un joven de 20 años adicto a las videoconsolas y que vive con su hermano Pablo (Eloy Azorín).

¿Tenía experiencia como actor antes de trabajar en Sin identidad?

Muy poco. Había participado en un anuncio y había estado en el grupo de teatro musical Saloum, pero el de Sin identidad es mi primer papel en una serie.

¿Qué es lo que le ha parecido más divertido de esta profesión?

Lo que más he disfrutado es el trato con los actores,  hay muy buen rollo. Y he disfrutado especialmente el trabajar con Megan Montaner, la protagonista, que es con quien me llevo mejor.

¿Qué es lo más duro?

A veces hay que esperar muchas horas hasta que te toca salir ante la cámara. Y lo que me dice mi madre: aunque cueste, hay que seguir teniendo los pies en el suelo. Puedo ser actor pero no se me puede olvidar todo lo demás.

¿Es fácil que a uno se le suba a la cabeza?

A alguno le pasa, pero a mí, no.  Me gusta salir en la tele y me encanta ver que estoy con actores tan importantes, pero eso no me va a hacer perder de vista la realidad y sigo siendo el mismo.

Su personaje es un loco de los videojuegos. ¿Usted también?

No, tengo otras aficiones. Me encanta el baile. Tengo un grupo con otros compañeros que se llama Fusionarte y bailamos funky y hip hop. Actuamos a veces pero no tenemos ánimo de lucro.

Es la primera vez desde 1999 que en un áctor con síndrome de down actúa en una serie española. ¿Qué significa esto para usted?

Es un sueño hecho realidad. Tengo otros sueños que no han podido realizarse, pero este se ha cumplido. Ahora mismo me gusta mucho la vida que tengo.

¿Cree que entre la gente hay mucho desconocimiento sobre el síndrome de down?

Sí, la gente tiene muchas dudas y desconocimiento, y si no pregunta, se queda ahí, sin saber.

¿Qué tendrían que saber?

Que somos uno más en este mundo. Que hay ir más allá y ver a la persona. Y que somos cariñosos y nunca hacemos daño a nadie.

¿Qué hace cuando no está trabajando?

Vengo al centro ocupacional de la fundación Juan XXIII, que es como una escuela, y trabajo y ayudo en muchas tareas. Gracias a ellos he podido hacer muchas cosas. Son un equipazo.

Y la tele, ¿también le gusta como espectador?

Me gusta Sin identidad, claro, y no solo porque salga yo: tiene mucha chicha y creo que va a dar mucho que hablar. ¡Podría inspirar una segunda temporada! Y veo la serie El Mentalista, que me gusta porque también tiene mucha acción.

¿Le gustaría seguir siendo actor en el futuro?

Me ha encantado la experiencia y estaría feliz si siguiera siéndolo. Pero también, y siendo más realista, me gustaría ser coreógrafo y estar cerca del mundo del baile.

¿Qué le da el baile que no ha encontrado en la interpretación?

El baile me da mucho sentimiento, es lo más grande. Me hace hasta llorar porque me permite sentirme libre. Ser actor está muy bien porque hace que aprenda mucho, entre otras cosas a hablar mejor. Pero el baile me lleva a muchos sitios. Es fantástico.

Luis Miguel Astorga nació en Madrid en 1977. Ha realizado formación externa en la Universidad Autónoma durante dos años. Ha desempeñado trabajos de media jornada en la empresa ECOEMBRE y asiste habitualmente a la Fundación Juan XXIII. Antes de presentarse al casting de Sin identidad, participó en un anuncio de Obra Social de Caja Madrid.