La 'maldición' de 'Sensación de vivir' sigue sumando desgracias y muertes prematuras

Si hay una serie que marcó a los adolescentes de principios de la década de los 90 esa fue Sensación de vivir. Sin embargo, sus actores, que fueron lanzados a la fama tras el boom de la ficción, ha visto cómo sus vidas han estado marcadas por las desgracias.

La última que ha azotado a la recordada serie ha sido, este mismo domingo, la muerte a los 53 años de Shannen Doherty, la eterna Brenda, que batallaba contra un cáncer diagnosticado en 2015.

En 2019, su eterno enamorado en la serie, Luke Perry, también falleció a la temprana edad de 52 años al sufrir un derrame cerebral que le acabó costando la vida y que sumió en una profunda tristeza a sus compañeros de reparto.

No fue la única triste y temprana desaparición, ya que, en enero de este mismo año, David Gail (Stuart Carson) falleció a los 58 años.

Además, la actriz Denise Dowse, quien dio vida a la profesora Yvonne Teasley, falleció a los 64 años tras estar en coma por una meningitis; y Joe E. Tata, el querido Nat Bussichio en la serie, murió a los 85 años de edad en agosto de 2022. 

Muertes que se suman a un largo historia de adicciones y otras desgracias del resto del elenco de la serie. Por ejemplo, Tori Spelling (Dona), que confirmó el año pasado su divorcio con Dean McDermott, recientemente ha estado residiendo en un motel y, después, en una autocaravana. Respecto a su matrimonio, una fuente cercana aseguró que rompieron porque "la adicción al sexo de Dean fue demasiado para Tori. Él no la engañó, en absoluto. Pero solo quería sexo todo el tiempo".

Jason Priestley (Brandon) tampoco ha tenido una vida fácil. En agosto de 2002, su pasión por las carreras casi le cuesta la vida tras un accidente contra un muro a más de 290 km por hora. Además, el actor también ha reconocido su lucha contra una adicción, el alcoholismo, que una vez le hizo pasar cinco días en la cárcel por conducir borracho.