Daniel Sancho lleva en la cárcel de Ko Samui, en prisión provisional, desde el 7 de agosto y, de hecho, fue este jueves 5 de octubre cuando salió por primera vez para comparecer ante el juez. Sin embargo, parece que el asesino confeso de Edwin Arrieta esperaba que su situación hubiera sido muy distinta, pues la Policía tailandesa podría haberle prometido ciertas cosas que finalmente no cumplió.

Tras ser detenido en comisaría, el hijo de Rodolfo Sancho confesó el crimen y reconstruyó el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano, por lo que colaboró activamente con las autoridades.

De este modo, esta declaración coincidiría con las principales hipótesis de la investigación. Sin embargo, antes de ello, Daniel Sancho se reunió con la Policía tailandesa, que llegó a un acuerdo con él que finalmente no se ha cumplido, según contó Ángel Moya en Mañaneros.

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"Daniel Sancho confesó de esa manera porque la Policía tailandesa le prometió un pacto", aseguró el periodista. "Le prometió que le iba a extraditar a España de inmediato si confesaba el crimen ajustándose a las hipótesis que la Policía baraja".

"No es una tontería porque es un acuerdo que supera las expectativas del ámbito policial para irse al judicial, están ofreciendo algo que en realidad no pueden cumplir, porque es un acuerdo extrajudicial", añadió. "Eso en mi pueblo se llama ser engañado", opinó Jaime Cantizano, algo con lo que coincidió Moya.

Sin embargo, este no sería el único acuerdo al que habrían llegado, pues el colaborador del matinal sostuvo que "le dijeron que no iban a acusarle de asesinato, solo de homicidio imprudente por una pelea por las presuntas amenazas de Edwin Arrieta". Pero actualmente la acusación que se baraja es la de homicidio premeditado.

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Aun así, el periodista asegura que estas promesas son difíciles de constatar, pues es la versión de Daniel Sancho frente a la de las autoridades tailandesas. Pero, de ser cierto, tanto la extraditación como el tipo de acusación que le habrían prometido sería un trato "que no recibe ningún preso del mundo".

"Es un adulto acorralado que no tiene conocimientos de Derecho. Estaba en ese momento con abogados de oficio y sí te puedo asegurar que en esas traducciones de las confesiones no fueron bien hechas", añadió Ángel Moya.