El pasado fin de semana, el torero Juan Ortega se convirtió en uno de los personajes más comentados tras la espantada que dio en su propia boda, donde, a media hora de la celebración del enlace, dejó a su novia plantada en el altar.
El enlace, que habría tenido lugar en Jerez de la Frontera, costó un mínimo de 8.000 euros y contaba con 500 invitados a un banquete. Sin embargo, el suceso es aún más extraño porque, según su entorno, la noche anterior a la celebración, el torero estuvo bailando en una fiesta "muy animada".
Así, tras diez años de noviazgo, la pareja iba a darse, por fin, el 'sí quiero', pero una hora antes, Juan llamó a su novia para confesarle que tenía dudas, unas palabras que dejaron a la novia en shock. Sin embargo, según el entorno familiar, el torero habría tomado la decisión basándose en lo que había ocurrido en la despedida de soltera de ella.
Desde el plató de Espejo Público, Miquel Valls ha asegurado que el entorno del torero se podría haber enterado de esta situación horas antes de acudir a la iglesia: "Había sucedido algo en la despedida de soltera con alguien. Apuntan a una posible infidelidad de ella".
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