Eurovisión sigue dando que hablar, y no solo por la polémica participación de Israel en la pasada edición. Y es que en Letonia surgió una iniciativa pidiendo que el país no continuase concursando porque el festival es "obsceno", pero esta ha sido rechazada finalmente.
Kristaps Bogdanovičs es quien logró 11.300 firmas en Manabalss, una especie de Change.org. En esta plataforma, que abrió una semana después de que Dons los representase en Malmö el 11 de mayo, el hombre que pidió que su región abandonase el certamen porque no cree que "contribuya significativamente a su imagen y reputación".
Letonia "debería invertir mejor sus ya problemáticos fondos públicos", pidió, y opinó que los participantes "tienden a comportarse de forma obscena".
Además, propuso "desviar fondos de Eurovisión a los deportes letones". De hecho, a BNN News comentó que le parecía "inaceptable que la Federación de Biatlón tenga que recoger donativos para el Campeonato del Mundo, que es sin duda más importante que Eurovisión".
El Parlamento letón rechaza la iniciativa
A pesar de todos sus argumentos, el Saeima, órgano legislativo de Letonia, tumbó la iniciativa. Según informó TVNet, obtuvo 24 votos en contra, 32 a favor y 31 abstenciones, por lo que no consiguió la mayoría necesaria y el país podrá volver a presentarse en futuras ediciones.
Jana Semjonova, directora del Departamento de Programación de la Televisión Letona, criticó esta comparación de música y deportes y defendió que, aunque sus últimos representantes no han obtenido grandes posiciones -hasta 2024 llevaban seis ediciones sin llegar a la final-, también los atletas reciben ayudas cuando sus resultados no son tan buenos.
Pero también hubo voces a favor de esta iniciativa que pedía el abandono de Eurovisión, como las de políticos conservadores: Edmunds Zivtiņš, diputado de LPV (Letonia Primero), consideró que el público no está contento con la calidad del festival ni con la publicidad que hay allí; y Nauris Puntulis, exministro de Cultura de NA (Alianza Nacional), opinó que el valor musical y artístico de Eurovisión "no es muy alto", pues ha dejado de ser un certamen de canciones.
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