Matías Roure es una de las caras más reconocidas de First Dates. El argentino ha conquistado a espectadores y espectadores por igual y cuenta con una legión de fans. Muchos son los que acuden al restaurante de Cuatro y se emocionan más al saludar al barman que con su propia cita, incluso muchas y muchos le ponen como ejemplo de cita ideal.
En estos siete años de emisión, Roure ha preparado miles de cócteles, siendo el mojito la estrella, pero también ha servido muchas cervezas, ya que, pese a no ser un restaurante real, el grifo de cerveza sí que funciona.
La llegada a España de Matías Roure
Nacido en Córdoba (Argentina), Roure llegó a España con 22 años para escapar de la incertidumbre, de la inseguridad y buscar un trabajo en España. Su primer destino fue Alicante, donde vivían unos familiares suyos, y su primera trabajo ya lo había desarrollado en Argentina gracias a su forma física y su tamaño: puerta de seguridad en una discoteca.
Con el tiempo pasó dentro de la sala donde desarrolló otros trabajos, desde coctelero a camarero, relaciones públicas, labores de limpieza y hasta gogó en alguna ocasión.
Cuando se trasladó a Madrid siguió trabajando detrás de la barra en varias discotecas, como la conocida Kapital, hasta que hace siete años fichó por First Dates.
Pero como el programa acababa de arrancar y no sabían lo que duraría, Roure se buscó un trabajo extra. Se dedicó al entrenamiento personal gracias a sus conocimientos deportivos, pero, finalmente, lo tuvo que dejar porque su labor en el espacio de Cuatro le absorbía mucho tiempo.
De entrenador personal a camarero en 'First Dates'
"Era un poco mi faceta más desconocida. Por las mañanas seguía entrenando, haciendo mis ejercicios porque era mi cable a tierra, lo que a mí me ayudaba a desconectar, a desvincularme de la realidad y disfrutar como un niño", reconoció en 2019 a 20 Minutos.
Y añadió que "el ejercicio te cambia por completo, te da sentido del humor, te cambia la actitud y te da salud. Son todas cosas positivas. Da igual la hora y el día".
"Lo de entrenador me gustaba porque disfrutaba ayudando a la gente a buscar la forma de comer sano, hacer ejercicio… pero es una profesión que al final tienes que estar para dedicarle tiempo al cliente. No obstante, es una pasión que siempre está y va a estar ahí", aseguró.
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