Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El secreto del público de Berto Romero

Imagen de 'El Consultorio de Berto' en Movistar Plus.
Imagen de 'El Consultorio de Berto' en Movistar Plus.
Movistar Plus
Imagen de 'El Consultorio de Berto' en Movistar Plus.

'El consultorio' es uno de los géneros más antiguos de los medios de comunicación. Buenafuente también abrió el suyo hace años con Berto Romero sintiéndose una neo Elena Francis.

Ahora, aquella memorable sección de Late Motiv se ha convertido en programa propio de Movistar Plus, de nombre El Consultorio de Berto. Para qué buscar un título creativo si la gente lo va a llamar así mismo. Y la propuesta consigue un ejercicio que podía salir bien o muy mal: Berto en el centro de la pista de un teatro que recuerda a un circo, pero sin entrada para los elefantes. Aunque con la clásica soledad del payaso rodeado de gentes de curiosidad pletórica, a las que debe no defraudar sus ganas de sorpresa. Qué vértigo.

Un público que, esta vez, encima está listo para desafiar a su presentador con preguntas pertinentes e impertinentes. Con esta vicistud, Berto se viene arriba y logra jugar un ping-pong dialéctico hábil para la comedia que relativiza lo que toca. A veces, hasta nos permite coger carrerilla y pensar. 

En su nuevo consultorio, Berto está lúcidamente socarrón, empático, destroyer. Incluso sensato. Aunque, sobre todo, Berto consigue una de las grandes virtudes de la comunicación: la generosidad. Al final, la buena tele, sea grande o sea pequeña, surge de saber compartir protagonismo con el público. Y este público de Berto se siente implicado. Asiste al programa con la capacidad de disfrute de quien va a un concierto de un ídolo.

Estamos acostumbrados a programas con extras pagados. Son espectadores profesionales que lo mismo acuden a un show de testimonios que a una gala musical. No escuchan, solo cumplen cupo mientras esperan a recibir instrucciones. Sin embargo, la radio y la tele de la escuela de Andre Buenafuente ha abrazado lo más difícil: crear comunidad. Así las grabaciones de sus programas siguen reuniendo aquellas esperas de la radio y la tele de antes con personas haciendo cola con el cosquilleo de la ilusión. Y ese vital prolegómeno se transmite.  

En una televisión que a menudo trata a su audiencia con condescendencia, programas como este recuerdan la inteligencia de cuidar a un público irónico, honesto, comprometido y encima fiel. Una familia de gentes a la que sin conocer sientes que admiras. Una familia elegida y unida gracias a la saludable e indestructible capacidad de reírnos de nosotros mismos. Para qué cantidad de followers, teniendo tal calidad de cómplices.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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