El 22 de agosto de 1973, después de 101 días de navegación llegaba a Cozumel, isla al sur de México, la balsa Acali, que había zarpado de Las Palmas el 12 de mayo anterior. A bordo iban 11 personas, seis mujeres y cinco hombres de procedencias y culturas distintas, incluido el autor del aquel experimento, el antropólogo mexicano Santiago Genovés. La idea era estudiar la conexión humana en situaciones de aislamiento y supervivencia.
Ahora, un nuevo docureality llamado Supervivencia a flote (lunes 5, 22 h) recrea ese experimento. Medio siglo después, Discovery ha reunido a nueve personas procedentes de Estados Unidos, pero con orígenes y creencias muy diversas, para embarcarse en un nuevo experimento social que pondrá a prueba su capacidad para convivir y trabajar juntos dejando de lado sus diferencias.
En Supervivencia a flote se seguirá el día a día de este nuevo grupo de personas que se embarca en una aventura a bordo del Acali II para convivir y trabajar juntos durante 21 días.
Presentado por Nate Boyer, actor, exmilitar y exjugador de fútbol americano de la NFL, el programa mostrará en cada episodio los detalles de esta convivencia extrema en alta mar en la que los concursantes deberán superar distintas pruebas en las que los concursantes deberán mostrar sus habilidades para la empatía y la solidaridad, el sacrificio por el bien común y el trabajo en equipo. Y todo, con la mirada puesta en un gran premio en metálico.
Cada semana, Discovery emitirá dos nuevos episodios de este original concurso en el que los participantes se tendrán que enfrentar a su peor enemigo: ellos mismos.
El botín, que en cada programa aumenta a medida que superan los desafíos físicos e intelectuales, se repartirá a partes iguales entre aquellos que resistan en la embarcación hasta el final. Se trata de una tarea que parece sencilla en un principio, cuando todos juran permanecer unidos hasta el final.
No obstante, los participantes serán tentados para anteponer su propio beneficio al del grupo y tendrán la oportunidad de robar dinero al equipo o traicionar a sus compañeros de diversas maneras. Además, al final de cada episodio deberán decidir si desean continuar como grupo o expulsar a uno de los suyos para cambiarlo por un nuevo participante, lo que aumentará la tensión entre ellos.
Aunque en el experimento de los años 70 el grupo se mantuvo pacífico y el investigador no obtuvo los resultados esperados (arranques de ira o violencia, tensiones, etc) fue polémico por la retrógrada sociedad de la época, que en prensa se dio en llamar "la balsa del sexo o la balsa del amor", cuando en ningún caso ese era el objetivo.
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