En el programa Saturday Night Live, el espacio de humor y parodia más conocido y veterano de Estados Unidos, hay una tradición: el artista que haya ido a hacer el monólogo inicial cinco veces, recibe una chaqueta conmemorativa con el número 5. 

"Estoy muy feliz de estar de vuelta y muy emocionada porque es la quinta vez que soy presentadora, así que estoy oficialmente en el club de las cinco veces", decía Wiig al comienzo de su monólogo, emocionada por ese logro y explicando cuán especial es tener esa chaqueta. 

Era entonces cuando el actor Paul Rudd se levantaba de entre el público con la chaqueta de las cinco veces puesta y preguntando si podía ser parte del sketch donde Wiig consigue la chaqueta, "no, lo siento", le dice la actriz. 

A continuación se levanta la escritora Paula Pell, como si fuera una más del público, para asegurar que esas chaquetas "las dan como si fueran compresas gratis", ante el pretendido desconcierto de Wiig. 

Entonces aparece Matt Damon, también con la chaqueta de las cinco veces puesta. "¡Solo has estado dos veces!", se queja la actriz. "Sí, pero Lorne [productor del programa] dijo que la primera vez que fui anfitrión fue tan buena que contó por tres", dijo Damon. "Y luego, la segunda vez, no fue tan bien, pero eso solo contó como dos veces. Según mis cálculos, eso hacen cinco, nena", decía el actor. 

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Ahí Wigg se queja al propio Michaels Lorne preguntándole si tiene algún valor tener esa chaqueta. Y como respuesta, Lorne y otros ex presentadores del programa, como Fred Armisen, Jon Hamm, Will Forte y Martin Short, aparecen con la chaqueta puesta. 

"¿Qué esta pasando?", se pregunta Kristen Wiig. "Estaba muy emocionada por estar en el club de las cinco veces... y no parece que sea algo tan exclusivo...", añade. 

Todos los que llevan la chaqueta comienzan entonces a cantar tras Wigg y la cámara muestra entonces a Ryan Gosling, al que Michaels le está poniendo la chaqueta. "¿Está seguro? No he sido anfitrión ni tres veces aún", le dice el actor al productor, que insiste. 

Finalmente y para resolver la broma, el propio Gosling sube al escenario y le pone a Wigg la ansiada chaqueta, para incluso limpiársela con un rodillo contra los pelos.